jueves, 27 de diciembre de 2012

CARROS DE FUEGO


SEAWS XIV
South East Asia Wild Spirit

Otra vez nos hemos vuelto a dejar la puerta abierta. Espero que la ratuna se asustase bastante ayer, tanto como para no volver. Pero no. A las 2 de la mañana me despertaron ruidos de plástico crujiendo a cada mordida ratonil. ¿Qué se está comiendo? Fui a la cocina y no aprecié daños; me senté, navaja en mano, somnoliento y picado, si te pillo te cepillo. La busqué sin éxito y al poco me volví al colchón. *Lucas -Me desperté sintiendo que no estaba dormido- Dime Inu –sea la hora que sea siempre que llamas al otro su voz contesta sin dilación-. *La rata ha vuelto. Ya, la oigo a la asquerosa. *¿Vamos a echarla? Mejor vamos a matarla. Me calcé las botas y armé con una hoz en cada mano, cerré la cocina para que no pudiese escapar como el otro día. Que empiece la carnicería. Ratafa Powell era muy rápida y astuta. *Luky, se ha comido las galletas. ¿Sí o qué? Tiene buen gusto. 15 minutos de persecución y se metió bajo la nevera. Esta peli  ya la he visto, a ver si conseguimos cambiar el final y la bigotuda muere en vez de escapar. Inu moviendo la nevera desde la silla y yo al otro lado esperando partirla. Nada. Que se vaya. Abrí cocina y calle y aunque tardó en huir, captamos unas graciosas imágenes. Buenas noches.





Ready!
¿Qué hora es? Las 5.30, venga nen a desayunar. A Inu le gusta estirar 10 minutos sus despertares… Qué sufrimiento de albaricocada. Bajo el mechero solar, cobrando por resultado en vez de por horas, pelando las dos líneas con frutos más verdes de todo el arbolado. Coged sólo los maduros había dicho el Boss. ¡Colega que aquí hay que seleccionar demasiado, perdemos excesivo tiempo! Mochila en pecho cual canguro (completa pesa 30 kilos), inestable escalera, albaricoqueros, guantes y un tractor con dos grandes cubas detrás. Ir, recoger, descargar, mover tractor. Ir, recoger, descargar, mover tractor… 8 horas, bastante monótonas y pesadas, partidas por un descanso de 15 minutos. *Lucas, vente aquí, te bajo esta rama y la pelas. Vale, pero no la rompas, no… Chasquido seco, Inu, fatigado por el esfuerzo del día, en el suelo bajo la rama, hombro arañado. *¿Estás bien? Sí tío, pero a 6 cm de quedarme en el sitio contra la esquina del remolque. Cuidadito. Luego llegó mi momento. Metí marcha atrás pensando en lo contrario y el remolque a menos de  medio metro de sumergirse en el canal de agua, acto seguido intenté apagar el tractor, no viendo botones ni pedales para esa función, giré la llave, quedándome la mitad en la mano. Buff, menuda liada. Busqué al jefe, oye he partido la llave. *No worries, luego lo arreglamos, no pares el motor y ya está. Por eso ni te preocupes porque no tengo idea de cómo se apaga. Para completar mi obra, reventé el tope que unía tractor y remolque, dejando a Inu bailando entre las cubas. El almeriense rompió una rama y me la dio. Prueba con esto, es duro y flexible. Aunque al final petó, cumplió su cometido y llegamos al almacén.

Larga ducha de agua fría, cabeza apoyada en la pared. La presión bucal me hizo creer que iban a estallarme los paletos inferiores. Me tumbé en la cama, bocabajo, inmóvil. A la hora Inu, que se había visto el 2º capítulo de la 2ª temporada de Juego de Tronos en V.O., entró en la estancia; *¿quieres comer algo? Contesté con dos gestos de mano (Índice de lado a lado, pulgar hacia arriba). No, gracias. No tenía hambre y sabía que masticar me iba a molestar. Como me molestaba el ruido metálico de los cubiertos, el posar platos y cacerolas, el cortar alimentos, mientras Inu cocinaba. ¿Has invitado a los vecinos a comer o qué? ¿Hago tanto ruido cuando cocino? Ahí tumbado establecí un dialoguillo interior; me hará la comida ¿no? *Pero si le has dicho que no, ¿qué esperas? Ya pero… * Ya pero nada, eso no es congruente, no puedes esperar recibir algo que has rechazado y encima enfadarte por ello. Esa parte de mi tenía razón, la propia expectativa frustrada genera más dolor que la situación en sí misma. Y uno sólo puede molestarse en caso de que esa expectativa haya sido creada desde fuera y el responsable de la misma no cumpla con su parte del trato. Moraleja: Si quieres algo pídelo claramente, que aquí el que no llora no mama. Después de comer, Inu entró de nuevo;* ¿quieres que vayamos al médico? Repetí los gestos y tras dos horas de lectura, en una tregua de dolor, me levanté a zampar.

Felices Fiestas people
Nuestra nochebuena fue nochemás, cuestionándonos incluso si todo esto merece la pena. Creemos firmemente que sí,  y la respuesta no tardará en llegar. Tratamos de no perder de vista el objetivo, subjetivamente lejano. Navidad… ¡NAVIDAD!, la nuestra, completamente atípica. El 25 de diciembre el solete hizo una mueca cuando al despuntar del alba, nosotros ya estábamos trabajando en la farm. 10 horas por delante de España, así pudimos conectar con la familia en plena nochebuena, una vez acabada la yekinada. Lejos de los sabrosones excesos navideños que gozaría hasta coger 5 kilos en 4 días, hicimos comida nada ostentosa: pasta con calabacín, el infravalorado huevo frito y cebollita picada, y unas heinekens, ¡que es navidad! Je. De sobremesa Kevin Spacey con su American Beauty; la peli me llevó a Sierra Nevada, al viaje que nos pegamos en primero de carrera 8 ninguno de los cuales ejerce como abogado a día de hoy. ¡No quiero puertas cerradas en mi casa! Descontrol a buen nivel. Acabada la movie pensamos en echarnos un ajedrez o una siesta a destiempo, pero salimos a correr por la necesidad de sentirnos vivos y soltar carga. Aquí de ocio barato hay poco que hacer. Tomamos dirección opuesta a la granja, terreno inexplorado. Casa con cama elástica y mini porterías a la izquierda, más casoplones, todas protegidas por agresivos perros, salteadas a ambos lados de la carretera, sólo les falta estar en otra ubicación para ser envidiadas, ¡coño! caballos, cultivos varios, vacas (siempre se las muge esperando que algo pase, no sé exactamente el qué, pero sólo nos ganamos su atención unos segundos), fin de la carretera e inicio de bosque. Nos adentramos hasta llegar a un río. Muy bonito, sobre todo para venir con la mujer, ya volveremos con colchoneta. De vuelta, buscando el agotamiento, nos desviamos a la izquierda, camino de tractores paralelo a un gran canal de agua verdosa. 40 minutos recorridos y un árbol nos ofreció sus frutos avituallándonos de peras, disfrutando de un cielo clarísimo con diseño avataresco; sol y luna cara a cara, a la misma altura, en puntos cardinales opuestos; el caballero de la luz pide la mano a la dama de la noche y desde una privilegiada posición, nosotros somos testigos de su baile . 

2 comentarios: