miércoles, 27 de febrero de 2013

FLORES MARCHITAS


SEAWS XXVIII
South East Asia Wild Spirit
Ya lo ves qué fácil es//el truco es sonreír//aunque todo vaya mal,//las cosas cambian al final.//Cada mañana al despertar//simplemente hay que decir//que divertido es ser feliz. 
 Son, 80 días son, 80 nada más...                                              Mocedades
Echando de menos ese relax
Mi cabeza, recostada contra la ventana del autobús, vibra en sintonía con la vertiginosa-concentrada conducción del piloto, reposabrazos clavado en el dorsal, mezcla de sonidos interpretada como mal necesario para llegar a destino, pues seguimos de camino. El claxon del autobús advierte continuamente al resto de usuarios de la vía que algo grande pasa o adelanta y no va a desviarse o detenerse. Música de karaoke balinesa, Gamelan, a un volumen que funde la conversación de los dos veteranos japoneses que tengo detrás. Al menos dos asientos para Inu y otros dos para mí en este trayecto-gymkana que pone a prueba nuestra capacidad de confianza al pueblo indonesio. La última noche en Gili, a las 4.15 am ambos dormíamos, después de cervecear y bailotear con los conocidos y desconocidos de estos días: Ahí estaba Brad, el cowboy de nevada, 24 años: ¡Colega! No has venido a mi concierto, he vendido dos copias del disco, ha estado bien. El chaval tiene alma viajera, educación, magnetismo y transparencia, aparte de ese punto de locura que le hace disfrutar de los detalles. En medio de la pista y con un sombrero cónico de recolector de arroz, que no había comprado, se movía Ben, canadiense de físico similar al del futbolista sueco Zlatan Ibrahimovic, encantado con su futura ascensión al monte Kinabalu (4.095 m), en Borneo, Malasia. Le conocí en la hoguera nocturna que montamos la noche anterior. Ceci y Pau, las argentinas, bailaban house a ritmo de tango. *Mira Luky la chica que te pasa por la izquierda, es la mejor del garito. Morenaza. A los diez minutos conversaba con Inu y a los veinte se besaba con él. Mucho bailón, sudor a chorro y mandíbulas desencajadas. Un local fuerte aunque más bajo que yo, sin camiseta, alteró el buen rollo cuando me palmeó el pecho y me soltó un derechazo en el estómago sin venir a cuento. Le separé de mí sin dolor, con miedo a que me calentasen los nativos. El de seguridad se lo llevó fuera, iba descontrolado el bastardo.  Inu encendido porque antes que a mí a él también le había pegado en la boca del estómbago el mismo figura. Si se respetase el uno contra uno me pegaba con él. A las 4 am volvíamos al Losmen, sobrios, empapados por la incesante lluvia: *Bueno nen, mañana empezamos la etapa movimiento del trip. Más o menos sabía lo que nos esperaba en Bali y en Trawangan porque estuve hace tiempo, a partir de ahora todo lo que está por venir es desconocido para ambos, en 20 días, si todo va bien, tocaremos seis islas de Indo, cinco barcos, dos aviones, Bangkok y Camboya, promete ser espectacular por lo que tenemos que estar a nuestro máximo nivel. Denso olor a ambientador, ocho pinos aromáticos cuelgan del techo del bus.


A las 7 am sonaba la alarma, 45 minutos después teníamos que estar en la “agencia de viajes”, a las 8 am zarpaba el barquito de Gili a Pemenang, en Lombok. Antes de rehacer la mochila Ina ha ido a pedir el desayuno, que pese a consistir en dos huevos cocidos, una tostada y té con leche condensada tarda como si fuera un bizcocho. ¿Calma gilenesa? Y parra del cocinero. Bueno María bella, a seguir bien, gracias por tu trato, nos vemos en unos años. Tarde, a la española, llegamos a la agencia. Cerrada. *Oye, ¿Andy?, le he preguntado al chaval que vende zumos de fruta natural enfrente. –En casa. *Llámale por favor, nuestro barco deja la isla en breve y necesitamos el billete, que lo tiene él. Tres minutos después llegó en bici un indonesio al que no habíamos visto nunca. Apurado. *Vamos, seguidme. El billete que nos ha de servir hasta Flores, a 26 horas de viaje, es un papel escrito a mano, sellado. El cayuco preparado para partir, ya sin amarras cuando nos incorporamos al crew.

Inspirador paisaje hasta llegar a Lombok dejando Gili Meno y Gili Air a babor, proa apuntando a las capas montañosas que se intuían tras la intensa niebla, magnífico el volcán Rinjani como telón de fondo. Los cuarenta caballos del motor cortando las aquel día tranquilas aguas que cicatrizaban a nuestro paso sin dejar estela.

Evitando a los prescindibles buscavidas, quince minutos caminando por la carretera con cultivos de regadío a ambos lados, llegamos a una explanada: nuestra parada de autobús. Dos japos aturdidas, una pareja alemana y nosotros compartimos la furgo que conducía Dani, quien nos proporcionó valiosa información, esperando que también fuese verdadera. Cuarenta minutos de sinuosa carretera entre selvático paisaje hasta llegar a Matarm, a la oficina/tienda/casa de “Family Lombok”, la compañía con la que viajamos. Servicio profesional en ambiente casero. ¿Lays sabor salmón? Y lo ricas que están. *Dani, ¿sabes cómo podemos llegar de Flores a Sulawesi? Ha hecho una llamada. –Podéis hacerlo en barco o en avión. El barco es un Pelni, del gobierno, tarda 36 horas y el pasaje más económico sale por 15€. *¿Y con qué frecuencia sale? –Lunes, miércoles y sábado. *Olé.

Llegamos al punto de difusión: nuestro bues salía en tres horas, la pareja alemana y las dos japos se fueron en su bus hacia Kuta Lombok, en el sur. *Españoles, ¿queréis ver una pelea de gallos? –Por supuesto.

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PELEA DE GALLOS: Callejeando con la furgo llegamos a una calle muy auténtica. El inglés no es idioma conocido y recibimos miradas curiosas, desacostumbradas al hombre blanco. Entramos en un recinto cerrado con una caña de bambú atravesada. El complejo donde se organizan las peleas de gallos. Únicos no nativos, ojos severos clavados en nosotros se suavizan y sonríen al saludarles confiados. Qué locura. El perímetro del campo de batalla abarrotado de gente subida a bancos corridos o taburetes, en silencio, expectantes. En el interior, los grandes apostantes gozan de privilegiada posición y visión. Dos gallos frente a frente sujetos cada uno por un adiestrador de expertas manos. En su pata izquierda, la afilada hoja de una navaja adherida al animal, convirtiendo cada patada en una estocada mortal. Los levantan a una mano para presentarlos al público. Les colocan a un metro de distancia, aun sujetos y les enervan agitándoles el cuello, los gallos se calientan, se retan y adoptan posición de pelea bajando su centro de gravedad. De repente, el público enloquece a gritos levantando las manos. Los apostantes de dentro cierran apuestas con los que están fueras, así funciona. Al minuto, empieza el combate. Gallos descrestados, encendidos, locos. A la derecha un ejemplar blanco de tremenda envergadura. Apostamos 100.000 IDR por él. Todos nos miran. Fue la pelea más corta a la que asistimos. A los quince segundos yacía muerto, desangrado en la arena. El gallo negro desgarró su ingle de una certera patada. Para designarlo ganador, levantan al gallo negro del suelo y lo vuelven a posar al sonar la campana, se mantiene de pie a duras penas, tambaleándose, herido, aguanta los cinco segundos de rigor y, al escuchar la campana de campeón, se desploma cayendo de pico, muerto. Ganador. Joder qué inicio. Diez horas al día, siete días a la semana, cambiando cada dos/tres horas de escenario, unas trescientas peleas diarias y grandes cantidades de dinero apostado. Detrás del “coliseo”, enfrentan a los gallos y cuando se pican dos, los llevan dentro. De un estuche sacan dos afilados espolones, cordel y esparadrapo, se lo colocan al gallo y se repite el proceso. Picos enfrentados, agite de cuello, griterío apostador y pelea. Sólo los hombres pueden presenciar y apostar en las peleas. La media está en un minuto de pelea. Los gallos, ajenos al espectáculo, encorajinados con arak (destilación alcohólica de indonesia), instinto de supervivencia y dominación, pelean por su vida. Si no se los comiesen después de la pelea condenaría esta práctica, pero no deja de ser una forma de morir. Valiente y excitante. Los retiran de la pista, les cortan las patas, los pelan y los venden. Impactante.




Qué trayecto feo. Bus, ferry con tormenta y otras ocho horas de bus hasta Bima, a las 5 am nos bajaron para cambiarnos a un antiguo micro bus, por fuera y por dentro. 8 turistas, 2 gallos y una madre con su crío berreando. Violentos volantazos, pero vamos a ver Dragones en Komodo. Eso creíamos cuando descendimos en el puerto de Sape, al este de Sumbawa. Pueblo pesquero devastado al extremo con hedor a pescado seco. No hay Ferry, dijo un local nada más vernos. Ya ya, esa es la típica triquiñuela para que me fletes un barco privado y me claves por ello. No mentía. Monstruosas olas en el mar de Flores, el ferry llevaba cinco días sin salir. Dani, cabrón, esto lo sabías. Calma, nos quedamos esta noche y vemos cuando sale el próximo ferry. El Losmen Mutiara, a la salida del puerto, sólo disponía de habitaciones a 20€, el resto ocupadas por los turistas que llegan engañados a diario, entre 5 y 15, confiados en que el mar se calme y su barco zarpe pronto. ¿Otro hotel? A 1km. Pues vamos. Es el lugar más destruido en el que estado. Niños, desdentados, cabras y patos. Ni perros ni gatos. Olor putrefacto.

Regateando conseguimos habitación por 75.000 IDR, dos colchones duros como sacos de arroz, ventilador y baño. De wc un agujero, costumbre musulmana. De ducha el mismo cubo que se usa como tirador de cadena. El asco lo han puesto las camufladas cucarachas que corrían por las mochilas, cortesía del maletero del bus, no de la habitación. Al lado del Losmen un garaje con cinco ordenadores. Internet.

A ver cómo salimos de aquí. ¿Omitimos Flores y Sulawesi? ¿Volamos directos a Makasar, en Sula? Dudo mucho que el Ferry entre Flores y Sula esté operativo. Qué mal hombre el de la agencia, sabía todo. Por eso nos dio 50.000 IDR para el ferry (aunque ese es el precio por persona) y dejó el billete abierto en el pasaje de ferry que le compramos por sólo 15€. Barato sobre el papel, timo absoluto al no haber siquiera servicio de ruta. ¿Qué cojones hacemos? Barajamos tantas opciones que no voy a reproducir aquí porque sería pesado. Volviendo al puerto nos cruzamos con el autobús lleno de turistas, se iban. ¿A dónde? Mediante gestos, el recepcionista de su hotel nos dijo que se fueron a Bima para coger un vuelo a Flores. Caro. Nos enteramos de que el próximo ferry sería como pronto el 2 de marzo. Colega, nos volvemos a Bali. Por lo menos a Lombok, el cabrón nos va a devolver el dinero del ferry. Sin tiempo para recuperarnos de 24 horas de incómodo viaje, decidimos deshacer el camino de la misma forma. Por las tres horas que estuvimos en el hotel y pese al enfado de los dueños, pagamos 1,5€. Un grupo de niños jugaba al futvoley y me uní. Inu se subió a una moto de un chaval que se paró a hacer una foto con él y se fue a la estación de bus. *Allí te espero. La hija de los dueños del hotel me vino a reclamar más dinero. Fui y me calenté educadamente. Le di otro euro, que no contentó a nadie y me fui entre sus gritos y los míos. Paré a un motorista y me llevó a la parada. Si ese mismo trayecto hubiera sido en la dirección deseada me lo hubiera tomado mejor. Peleando todos los precios, irascibles. Inu harto de las tarifas que dan a los turistas. En Bima estuvimos 4 horas esperando la salida de nuestro bus. ¿Nos llevas a internet? Pedían 50.000 IDR e Inu lo sacó por 5.000.

El niño que nos llevó en el carruaje esperó dos horas en la puerta para devolvernos a la estación y le di 25.000 IDR. Cuando pensaba que el viaje ya estaba siendo jodido por la imposibilidad de dormir y los volantazos, petó el pestillo de la puerta del baño, que golpeaba continuamente y dejaba salir un olor vomitivo. Estuve quince minutos de pie sujetando la puta puerta y me di por vencido.


Cuando las cosas no salen como planeas y aun así tu interior sonríe aunque tu exterior lo sufra, estás en el camino.

50 horas después de subirnos al cayuco en Gili Trawangan volvimos a tocar suelo de Mataram, capital de Lombok. Ahí estaban todos los taxistas y comerciantes atacando a su 2x1 con forma de blanquitos cansados. No me toques. Tú, ¿sabes dónde está la oficina de Lombok Family? – Sí, a 15 km de aquí. *Dímelo en dinero. -75.000 IDR (6€) cada uno. Entró Inu: Qué dices hombre, 50.000 los dos. Intensa negociación para cerrar en 60.000 ambos con parada en Family Lombok y viaje al puerto de Lembar, dónde embarcaríamos en el Ferry rumbo Padangbay, en Bali.

Ina, estate tranquilo cuando lleguemos, no vamos a sacar nada de malas. *Sí, sí, pero como se ponga tonto se lía, habla tú de primeras.

56 horas de viaje para acabar llegando a Bali
-¡Hola! ¿Está tu marido? La mujer reponía bebidas en la nevera. *Mmm, no… - ¿Puedes llamarle por favor? Me pasó el teléfono con Dani al otro lado de la línea. –Hola Dani, soy Lucas, ¿te acuerdas? *Eeee, (dudaba) ¿brasileño? –Español *¿Cockfighting? (pelea de gallos) –Exacto. ¿A qué horas vienes a tu oficina? *En hora y media, estoy bajando con unos clientes que van a Bali, ¿estáis en la oficina? -Sí, te esperamos aquí. ¿Sabes? Fuimos hasta Sape y el ferry supuestamente diario no zarpa hasta el 2 de marzo, si es que lo hace, y llevaba cinco días sin salir cuando llegamos…  *¿Really? Parecía realmente sorprendido, magnífica interpretación que me sonsacó una sonrisa. Ver a sus peques corretear por la oficina, separada de la casa únicamente por la imaginaria división de un pequeño mostrador me hizo entender parte de su picaresca en los negocios. Seguro pensó que una vez allí, tirados a 24 horas de exasperante viaje, buscaríamos cualquier otra opción diferente a volver a su oficina, no en vano el resto de timados se fue a Bima y cogió avión a Flores, pero nosotros no.

Miré al taxista: oye, Dani viene en hora  y media, me debe dinero. Ahora mismo sólo te puedo dar 25.000 IDR (2€). Claro que tenía dinero en la mochila, el hombre pagó parte del enfado y se marchó de allí cabizbajo. Volvió con la sudadera de Inu, olvidada en el asiento de atrás de su taxi, la dejó en la silla y rendido, dando pena, desapareció en el ecléctico tráfico. Dejamos las mochilas detrás de mostrador y buscamos un local de internet. Cerrado. Desayunamos en la oficina de Dani hablando con la mujer, dulce ella. A las dos horas llegó, sonrisa de viejo amigo, ausencia total de sentimiento de culpabilidad. Nos devolvió el dinero del ferry de Flores a Sulawesi y le compramos a tercio de precio el billete a Kuta, en Bali. Se fue, y el desayuno corrió de su cuenta, pese a la resignación de la mujer, a la que se le iluminó la cara de felicidad cuando la dije. No te vamos a pagar, habla con Dani, tienes un bonito alma, lo siento.

Hasta el puerto, compartimos furgo con un grupo de holandeses, familia creo. Gente maja que repartió dragon fruit para todos, nosotros incluidos. Dos horas esperando al Ferry, el conglomerado de turistas creciendo a cada instante, rechazando primero y obviando después a los vendedores ambulantes que ofrecían fruta, arroz con pollo, pareos, artesanías, helados y demás. Va pesado, danos un par de conos de arroz con pollo. Empezamos un ajedrez y cuando nuestra atención la tenía captada el diminuto tablero, un balinés gritó. ¡Guys! ¡Let´s go to the Ferry! Caras conocidas de las Gili. Nos hicimos con una buena mesa y empezamos una nueva partida. Vendedores ajetreados en todas direcciones, uno de ellos sacó un billete de 50.000 IDR. Me juego esto a que os gano a cualquiera de los dos. Inu, a este te lo comes tú. Se hizo un corro grande en torno al duelo, un ruso quiso apostar para entrar el siguiente. Espera Kasparov, a ver qué pasa. El lombokés movía rápido, Inu arrinconando a su  Rey, bonito combate que al final se llevó el colega con la bocina del barco sonando a ¡zarpamos! Caí tres veces, Inu picado no da opción, y entró el ruso, que jugaba bien y lento. Ahí os quedáis, voy a ver Django, lo último de Tarantino. Hace tiempo compramos 7 pelis pirata en Kuta. ¡Cabrones! No sé si es para que la gente no utilice los enchufes o porque los barcos los compraron a otro país, pero los enchufes eran planos en vez de redondos como en Indonesia. Ahí estaba el adaptador, aburrido sin uso desde Australia. Lo gocé con Jamie Fox hasta que llegamos a Bali, 20 minutos de final de peli que ya veré. Nos invadió otra energía. Feos e inesperados tres últimos días, sólo nos quedaban dos horas para llegar al Suka Beach, en Kuta, no quiero saber nada de olas hasta pasado mañana. Una pareja sueca quería hotel barato, seguidnos. En el check-in una chica se acercó. Perdonad chicos, ¿podéis ayudarme a colocar a mi amigo en la silla de ruedas? El alemán de 22 años que trasladé del coche a la silla de ruedas se había partido los dos talones, escayolados ambos. ¿Cómo? Accidente de moto, decía cuando le preguntaban. Luego supimos, porque nos lo contó Anita la portuguesa, que bajo el efecto de las setas mágicas que venden en todas las esquinas de Kuta, había caído desde el tejadillo del primer piso del Suka beach, intentando arrancar una flor de uno de los árboles del jardín. Venga chaval, píllate un vuelo y pa tu Alemania natal, verás que recuperación más simpática te espera.

La noche de la llegada dormí cual bebé en su cunita, profundo descanso en la nada sin sueños, a las 9 am me despertó Inu seguido del hombre de la limpieza, un balinés rapado y orondo con pinta de majo. *¿Habéis dormido aquí? –Sí, en realidad yo sigo durmiendo, ¿por? Escrudiñó los brazos de Inu. * ¿No os ha picado nada? Veréis, esta habitación ha estado ocupada por unos chicos que vinieron de Sumatra y trajeron “bedbugs” (chinches) con ellos… Salté de la cama. Joder. Recuerdo los brazos de más de uno en Australia, en el hostel y en el Beachcomber, después de ser mordidos por las putas bedbugs. Orondi nos enseñó un par de ejemplares muertos, orgulloso estaba el hombre por la eficacia de su método de aniquilación. Total, que mientras desayunábamos nos cambió las dos camas por una de matrimonio. ¿Nos cambiamos de room? Va, por una noche da igual. ´

Los dos últimos días hemos reorganizado el trip. Inu ya tiene nueva fecha de vuelta, 4 de abril. Haciendo bueno el refrán de lo barato sale caro, ha tenido que pagar 325€ a Turkish Airlines por el cambio de billete. Bien, entonces, ¿cómo lo hacemos? Tenemos comprado billete para el 10 de marzo Surabaya-Singapur y para el 11 Singapur-Bangkok. Tras un delicado análisis de la situación, cuadrando fechas e intereses, decidimos sacrificar ese billete y adquirir uno nuevo para el 4 de marzo. 65€ por un vuelo directo, 4 horas, de Surabaya a Bangkok… Lo compramos y me llega el correo de confirmación: Gracias por adquirir su vuelo con AirAsia para el día 4 de abril de 2013. No. NO. Menudo idiota estoy hecho, ¡pero si era el 4 de marzo! Llamé a la compañía. El coste del cambio es el mismo precio que el billete ya pagado. *No voy a correr con los gastos de cancelación por un problema informático de su página web, he comprado el billete para el día 4 de marzo y no entiendo el porqué del 4 de abril. No ha colado. Esta mañana nos hemos acercado al mostrador de AirAsia en el aeropuerto de Ngurah Rai y el manager balinés de humor inglés se ha mantenido firme en su negativa: hemos comprobado dos veces la transacción y no se trata de un error nuestro, sino suyo. Pues nada, cámbiame el billete buen hombre. Empate a uno con Inu en grandes cagadas. Ebook vs Vuelo.

Por tanto, nos quedan cuatro días en Bali para de seguido dar el salto a Thailand, las ganas que tenemos nos las puedo expresar adecuadamente con palabras. Agotaremos el mes de visado que nos darán a la llegada entre capital e islas (triste acuerdo del Ministerio de Asuntos Exteriores, ya podrían renegociar entre países para obtener una visa de tres meses) y, con la vuelta de Inu a España, continuaré el viaje en solitario. La parte cómoda de mi mente, pequeña y persuasiva, me pedía una vuelta a la conocida Bali, sin embargo, la atracción que siento por la desconocida Sri Lanka me ha hecho aplicar vía internet al visado de ese país, concedido hasta el 25 de agosto. 

viernes, 22 de febrero de 2013

GILI TRAWANGAN



SEAWS XXVII
South East Asia Wild Spirit
  
Fast Boat, rumbo Gili

Sí, perdí.
Las Gili son tres días y dos de ellos llueve. Más bien diluvia. Inu encantado e impactado con la pureza de la isla. No hay motos ni coches, la gente se mueve en bici, andando o en carruaje de caballos. En los lugareños se nota menos influencia “primermundista” que en Bali. Música en cada esquina. Caminando, dar la vuelta completa a la isla demora hora y media, veinticinco minutos si lo haces en bici. Discotecas, restaurantes, agencias de viajes y centros de submarinismo a ambos lados del encharcado camino sin asfaltar, calle principal de Trawangan. Una burbuja del mundo, tranquila de día, excitada de noche, sin policía, todo derroche. Extraña mezcla entre religión y perversión. La mezquita islamista reproduce cinco veces al día el cántico del Corán, audible desde todos los rincones de esta isla, como si la repetición de ese mantra expiase los pecados diarios de sus habitantes, la mayoría musulmanes practicantes de la religión del exceso. Los nativos lanzan sus ofertas a cada paso que das. Te miran desde que te ven, y cuando contactas visualmente con ellos, ahí murmuran: Hotel, trip, marihuana, éxtasis. Continuamente, sin descanso. Un “yes” por respuesta a cualquiera de sus ofrecimientos supone para ellos la diferencia entre comer mejor o peor. Paraíso de buceadores, enamorados, mochileros, veteranos que luchan contra el reloj biológico y grupos de amigos que buscan experiencias nuevas. Nos alojamos en el Losmen recomendado por Frany y Pablo, tres calles hacia el interior. María, la dueña del Twin Garden, es una facilitadora; lo que quieras, ella lo tiene o lo consigue. Laundry, bicis, equipo de snorkel, comida, direcciones, siempre con su amplia sonrisa. Relax de día y desmadre de noche. Cenamos en el mercado nocturno, desmontado durante el día, similar al de la Plaza “Djemaa el Fna” en Marrakech, pero a pequeña escala y sin encantadores de serpientes ni tatuajes de henna. A partir de las once de la luna, no hay duda del garito que mejor se pone, ya que acordaron que cada día la fiesta grande es en uno de ellos, sin competencia. Viajer@s en su mayoría nórdicos con ganas de ver amanecer, más difícil dormir sólo que acompañado. Música en vivo, reggae lifestyle en todos los rincones. Gente musical, feliz en su tradición. Aparte de conocer los fondos de coral, poco que hacer por aquí cuando brilla el sol, menos cuando diluvia, como los dos primeros días, hoy aquel sí se dejó ver. Diecisiete centros de buceo en una isla con 3.000 habitantes. Relax, tranquilidad y ausencia de prisa. Cambio de marcha sin embragar, me chirría cuerpo y mente pidiendo estímulos nuevos, ganas de responder a lo desconocido. Mañana a las 8 am empezamos una travesía de tres autobuses, dos barcos y un ferry para llegar a Labuan Bajo, en la Isla de Flores, veintiocho horas después del inicio. El vuelo entre Lombok y Flores, de una hora de duración, sale por 120€/persona mientras que la opción lenta y pesada por 29€ cada uno, y como tenemos más tiempo que dinero vamos a atravesar un par de islas (Lombok y Sumbawa) de oeste a este en un cómodo autobús del 75. El objetivo es ver a los dragones de Komodo en su hábitat natural y contribuir a la expansión de Labuan Bajo, próximo pelotazo turístico por lo que se respira en Indo.


Dame algo de riesgo que la tranquilidad me mata.

Mie Goreng en Nusa, Uluwatu
Amor de hermanos




Kuta, Bali
Snorkeling, Inu ha visto una tortuga marina
Calle principal, Gili Trawangan
Inu´s shot





Serán amigos para siempre




miércoles, 20 de febrero de 2013

DARK SIDE


SEAWS XXVI
South East Asia Wild Spirit

Todo paraíso, terrenal o celestial, tiene dos caras: Por un lado está la cara brillante y pura, representada en cada sonrisa honesta de intención multiplicadora, en cada átomo de la creación natural, en cada gesto bondadoso. En su opuesto se encuentra la cara oscura y lujuriosa, cegadora, materializada en la dependencia carnal que alimenta nuestro ego, en la mirada lasciva de los yonkis del deseo. El karma equilibra pensamientos, actos e intenciones en el devenir de nuestras sucesivas encarnaciones, más allá de nuestra existencia concreta actual. Cuando la lección vital ya debiera estar aprendida, la ley del karma se manifiesta instantáneamente, sin lapso temporal entre acción y regulación, dejando al descubierto los elementos del balance realizado, arrojando de esta forma chispazos de luz y comprensión al eterno misterio de la energía que nos conecta a todos con todos.

Detrás: Inu, Gary, Angelo, Andy, Paul, Villa, David, Judith
Delante: Tony, Cooky, Diego, Lucas, Pablo

Gili Trawangan
Dejamos atrás la isla de Bali, tercer gran destino del SEAWS tras Shepparton y Melbourne, para arribar (bus + fast boat, 4 horas) a Gili Trawangan, que nos ha recibido con la sonrisa humedecida por las intermitentes lluvias que cortinean sobre las tres pequeñas islas paraíso situadas al noroeste de Lombok: Air, Meno y Traganwan. En principio, a mediados de abril, cuando Inu regrese a España, volveré a Bali. Parte del equipaje y la tabla de surf se han quedado en Villa JAS, donde nos alojamos la última noche de nuestra etapa balinesa cerrándola en la misma cama que la empezamos. Nos quedan dieciocho días en Indonesia antes de dar el salto a Tailandia, y tras conocer la imposibilidad de ascender los 3.726 metros que sobre el nivel del mar se eleva el volcán Rinjani,  “No quiero morir, volved en abril” dicen los guías, nos quedaremos tres noches en estas islas antes de embarcarnos en un ferry de 24 horas de duración rumbo a Labuan Bajoh, en la isla de Flores, puerta de entrada al parque natural de Komodo, casa de los dragones del mismo nombre. De allí pasaremos, si es posible también en barco, a Sulawesi, la isla con forma de escorpión, con la esperanza de participar en sus particulares rituales funerarios y disfrutar de una de las más impactantes inmersiones del planeta en las Islas Togian. Veremos. De momento hemos dejado atrás la etapa surfista, corta e intensa, carente de adrenalina por falta de tamaño aunque vertebradora de la última quincena. De abril en adelante será otra historia. 

domingo, 17 de febrero de 2013

EN VIVO



EN PRINCIPIO, MAÑANA LUNES NOS ÍBAMOS A LAS GILI, POSPUESTO AL MIÉRCOLES PORQUE MAGICSEAWEED.COM PRONOSTICA BUEN TAMAÑO DE OLA PARA ESTA SEMANA QUE ENTRA... 

PREPARANDO MOJITADA DE DESPEDIDA EN PADANG PADANG, DE MOMENTO LLEVAMOS 10 DÍAS ESPECTACULARES. 

CHAVALES NOS VEMOS POR EL MUNDO, A SER POSIBLE EN EL AGUA.



BESOS Y ABRAZOS A REPARTIR.

SUERTE Y DARLE FUERTE

jueves, 14 de febrero de 2013

ROCK N´ROLLA

SEAWS XXV
South East Asia Wils Spirit

"La madurez de la persona es volver a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño." Friedrich Nietze

Gunung Payung desde el parking
Primera semana completa en la península de Bukit, en Padang-Padang, en el Bali Rocks. Y yo que no me quería alojar aquí porque me pillaba lejos de las olas que he surfeado. Acierto máximo. Complicado encontrar un lugar con semejante cúmulo de energía flotante enfocada en el mismo sentido, será por no buscarlo; además si Inu quiere surfear, sólo tiene que bajar los escalones de piedra, meterse en el agua y remar al point break. Pero no le convence el surf, “no es mi deporte, me encanta por el trabajo físico que implica y le voy a dar hasta que nos vayamos, pero soy más de fútbol, cuando vuelva a España me meteré en el mundo Kite surf”. Esa es otra, cambio de planes por cambio de prioridades; Inu finaliza el viaje a mediados de abril en vez de a mediados de mayo, quiere llegar con liquidez a España, hemos eliminado Vietnam del itinerario, por quedar a desmano y dificultad de conseguir visado llegando al país por tierra, así que el último mes de trip lo invertiré en coger olas en Bali o Sri Lanka, o en ambas. Me llama la atención la lágrima colgante de la India. Superada hace relativamente poco tiempo una guerra civil, el turismo popular aún no ha cambiado los  usos de la isla, por lo que permanece pura y salvaje, fiel a sí misma, a su ritmo, sin influencias profundas más allá de las inmensas terrazas de té reminiscentes de la antigua  colonia inglesa que dominó el país hasta 1948.  

Gallos de pelea

Olas a diario. El viernes pasado a las 8 am estaba con Marcos observando desde la montaña el SS, flat, piscina, sin olas surfeables. Bajón, ¿está así toda la isla? Entonces aprovecho, me meto con Inu en Padang Padang y le doy unos consejos. Llegué e Inu se acababa de duchar, *¡venga nen vamos al agua! – Uf, acabo de salir y no he cogido nada. *Por eso, venga que has estado una horita nada más, vamos a darle. Estaba pequeño y sin fuerza, suficiente para aprender.

Dormir con el balanceo de las olas, despertar y surfearlas. Todas las mañanas dejo a Inu en la cama de al lado, eso cuando no comparte noche con Djulia, la francesa vecina, simpática y atractiva, a la que adiviné su cumpleaños y nombre + apellido de su mejor amigo (22 de junio, Benjamin Marten) para correr olas junto con quien se una. El sábado pasado líneas perfectas en Gunung Payung (GP), a 20 minutos de conducción balinesa, sin viento, sesión de tres horas con Andy, el malagueño que llevaba toda la vida de bodyboarder y se pasó al surf hace tres meses. Se le da deluxe. Una, otra, girando, recordando, cayendo, en una de ellas pasé la primera sección, intenté entubarme en la segunda, más hueca, pero qué va, el labio de la ola me escupió lejos y cayó sobre mí batiéndome bajo el mar, girando descontrolado como un Gijoe en la lavadora, ojos cerrados para evitar perder otra lentilla (van 2), sólo pensando en no tocar coral, que no toque coral. Superficie. Sonrisa y al pico. ¿Esto es lo peor que puede pasar? Pues venga a por más. Comer, siesta en la hamaca de la terraza cabañera y de vuelta a GP, esta vez con Inu, Djulia y Lex, el holandés vegano, monitor de surf en Amsterdam, 29 años, cultivado e interesante. Hice de guía aparentemente seguro, por dentro con toda la duda de si íbamos bien; estaba grande y movido, sólo un surfista en el agua. Tardé 20 minutos en entrar, zampando espuma y una vez dentro, hora y media bajando derechas. Vuelta a casa de noche cerrada, un balinés tirado en medio de una larga cuesta abajo con el tobillo hinchado, su moto en la cuneta. *¿Are you Ok? –Yes, dijo otro balinés que salió de la oscuridad. *Suerte. Seguimos. Ducha muy pura, con cangrejos y lagartijas por ahí, de decorad. ¿Y J? En Sumbawa, Lakey Peak (ola calidad) con Damien, nos perdimos el viaje por no tener teléfono ni internet durante dos días.

Made, la encargada del warung-restaurante situando en medio de los tres hoteles-cabaña del acantilado de Padang Padang, es una maestra cocinera. Desayunar ensalada de frutas con leche condensada y miel, comer nasi/mie goreng (arroz/fideos con vegetales, pollo y huevo frito, salsa picante y satay) cenar banana pancake con sirope de chocolate. Siempre hay algún viajero por allí: Allit, el holandés que vivió en Costa Rica con su marcada mentalidad graciosa y sexual. Luca, el francés de Quiberon, bajito y fuerte, habla poco inglés, un cachondo, escucha que alguien comenta surf y dice: let´s go. Surfea duro le petit. Brandon y Josh, dos australianos que se complementan a la perfección, parecen hermanos. El Jersey Team: Naomi, Sowe y Ally. Guerrera, princesa y Princesa-guerrera: tres guapetonas inglesas que no surfean pero a las que les va la fiesta. Las tres con novio. ¡Claro que la rusa también tenía novio! La llamo, qué haces Olga. –Lucas, creí que te habías olvidado de mí, tengo que decirte una cosa. (Acojone automático, ¿ya la he liado?). Tengo novio desde hace tiempo… Hahaha, pues nada mujer si quieres le felicito el San Valentín.

Una cosita la hija de Made, 8 años, cuando escribo allí en el warung, se sienta a mi lado y lee en voz alta. A ver si le hago unos folios con frases y palabras en tres columnas: balinés, inglés y español.

Luki, Marcos, Andy, Diego, Inu
El domingo a las 6.15 am tenía a Marcos en la ventana. Despertar viendo Padang Padang con mini olas (cuando funciona aguanta hasta 18ft) hace que valore más Gunung Payung, con tamaño aunque algo más desordenado que ayer. Se vino Pablo, el argentino que vive en Barcelona, fotógrafo y buena onda, aunque no le vi en el pico, se fue sin entrar. Cinco en el agua al inicio, el spot para Andy, Marcos y Luki a las dos horas. ¿Has visto eso? Una tortuga marina sacó la cabeza a metro y medio de nosotros. Qué guapa ella.  Diego en la arena con el tímpano perforado, aún no se puede meter en el agua pese a las ganas. Unas risas, unas olas, Marcos de backside al ser goofy (pierna derecha delante) y a comer a un warung cerca del Bali Rocks. *Chavales, voy a buscar a Inu, venimos ya.  Me lo encontré saliendo con la moto cuando aparcaba la mía. *¿Has comido? –No, iba al Mango Tree a tomarme un zumo de papaya. *¡Sígueme! Adoro la comida tradicional de esta isla.

Camino del warung de Made iba, tras veinte minutos de siesta, cuando me crucé con Inu, nervioso estaba el hombre: *Lucas dame tu número de cuenta, lo siento tío. – ¿Qué ha pasado Ina? *Joder, me he dejado tu ebook en la moto, he ido a buscarlo y no está. Han sido los de la obra, fijo, dame tu número de cuenta. -No pasa nada pero menuda parra llevas colega. Seguí hacia el warung, Inu detrás. *O me das tu número de cuenta o se lo pido a tu hermana, ¿cuánto costó? 189€ ¿no? Era de tu padre, dímelo que si no, no me quedo tranquilo macho, te doy el dinero ahora. -Inu, ya está, a mí no me debes nada, quédate tranquilo, te ha pasado a ti como me podía haber pasado a mí, mírate el empane que llevas en la cabeza, que vas coleccionando despistes, pero vamos por mí ni te preocupes. *Dame tu número de cuenta, te lo pago ahora mismo. –Colega abre la mente cohone, no pasa nada, dentro de cinco o seis años, cuando tengas dinero, si quieres, le invitas a cenar a mi padre o le mandas otro ebook por reyes pero ahora no te preocupes. Los de la obra no tienen un céntimo, venimos aquí con todo, normal que abran la moto y pillen lo que haya dentro. Da igual. Tenemos los libros en el Pc, a mí me jode sólo por la luz de noche, que me molaba. Je. Mira, lo mismo que cuando me secuestraron, pegaron y robaron en Guayaquil (Ecuador): si el dinero que consiguen con la venta del ebook lo utilizan para hacer la vida mejor a su familia, ya está bien, mejor uso que el que le podamos dar nosotros, sin embargo, si lo quieren para drogas u otras mierdas, ojalá mueran con dolor. Al final, sufrir un robo tiene dos posibles causas: o bien lo atraes tú mismo con el miedo a perder tus objetos queridos, que no es el caso, o bien se trata de una regularización kármica, un balance entre bueno y malo. Teniendo en cuenta como está saliendo el trip, se trata de eso último, así que hasta deberías estar contento, ojalá lo peor que nos pase sean robitos como este. “Bueno, te dejo escribir” dijo un Inu visiblemente más calmado.´

Abren todas las motos a diario, y se llevan lo que haya. Hemos pensado en meter una serpiente, araña, cagar en una bolsa o un billete escrito en indoneso “tú y tu familia vais a morir”. Sólo de palabra, lo mejor es no dejar nada en el cajetín y pasar del resto.

De pie, de izq a dcha: Inu, Gary, Jose, Villa, Ray

Laticauda Colubrina
Esa tarde-noche barbacoa en la playa motivada por Gary, el cántabro que se cayó de la moto al chocar de frente con otra moto que adelantaba indebidamente. Pollo, ternera y atún al limón para todos, bañado en Bintang. Los domingos en la zona de Uluwatu se pone bien el Single Fin, garito de dos plantas, terraza y piscina. Previa fiesta comentábamos Jose, Inu, Marcos, Diego y yo en la playa, el resto de camino al Single, iluminados tenuemente por las ascuas de la hoguera y las estrellas del cielo balinés… Inmersos en una historia, Inu gritó y el grupo se deshizo; en medio, reptaba lentamente una cobra marina balinesa… Cogí un palo para jugar un rato con ella, hasta que desapareció entre las rocas. Luego descubriríamos que su veneno es mortal, diez veces más potente que la peor cascabel que se conoce, te muerde y en menos de dos minutos falleces, aunque con su pequeña boca es complicado que lo haga. Sus víctimas suelen ser pescadores a los que muerden cuando las sacan en la red con el resto de la pesca.


Inu, Marcos, Diego, Gary, Pablo, Lucas, Villa, Jose, Allit, Marcelo, Roland
Noche de Single Fin, caras conocidas de la noche de Kuta. Matías, Teiky, los amigos de J por allí, intentando surfear también la nuit. Ritmo brutal el que marcó el Dj; lo seguimos con un corro enorme en el medio de la pista. Gente de todas las partes del mundo esperando a que la botella de bintang les hiciese salir al medio para su momento de gloria. Pinos, break-dance, boxeo, la peña a su rollo en el todo vale. Sudor. Épico Marcos con su baile gorra ladeada, me reí mucho con él. Tequila, birra, limón y sal. Cerró a la 1am, empezamos la barbecue a las 5 pm así que el estado era pa verlo. A la salida una itala me dijo que era su última noche en Bali, que quería compartirla conmigo. *Oki, sube a la moto. –Te conocí en Pandawa, ¿te acuerdas? *Eee, coño ¡cazasurfistas! Sexión veterana.

Lunes de resaqueo, siestas a destiempo, comida made in Made y estiramientos en la playa con Francesca, argentina afincada en Barcelona y novia de Pablo. Flexibilidad máxima la mujer, me quedé relajadísimo. En principio el martes a primera hora íbamos a ir a inmigración (Kuta) para quitárnoslo de encima, pero J quería surfear Uluwatu de morning “va a estar bueno de 8.30 a 10.30, quedamos a las 8.00 am en el parking de Ulu”. *Ok J, tengo mi tabla en Kuta, reparándose de la caída del primer día en Ulu, mañana la recojo. –Te llevo una mía.

Desayuné con Inu en el Homestay 69, baratísimo supermercado que nos enseñó la comuna española, rápida conexión a internet y terraza ambientada. Deluxe. 4ft de perfecta izquierda en Temples Ulu, no demasiada gente. Marcos y Diego están en Lombok, vuelven el domingo. A las 11.45 Inu pagaba los 25$ del nuevo visado, hasta el 23 de marzo. Recoge el pasaporte estampado el 14 de febrero, de 2 a 3 pm. Yo pensaba que había perdido el recibo y hasta que lo encontré en la mochila, Eko, nuestro agente de inmigración, trataba de solucionar el tema conectando con la sede central, en Java. Solucionado. Vámonos de outlets. Pequeñas compras, jubilé la reventada mochila de cuero. Gracias por todo. Llevé la tabla de Andy a Naruky, donde estaba la mía. *Para mañana está lista. –¿Puedes tenerla para hoy? Aunque sea a última hora… *A las 20 si quieres. –Gracias dude.

1 de los 3 combos,
Sky Garden
Hasta las 17h que empezó el buffet libre en Sky Garden hicimos tiempo en el Fajar, restaurante del que tenía buenos recuerdos de mi anterior viaje a Bali… La camarera era la misma pero no se acordaba de mí. Fea. 4€, barra libre de cerveza y todo lo que puedas/quieras comer en el Sky Garden, escenario de esas noches locas de Kuta. Engullir ternera, arroz, pasta, pollo y costillas hasta que duele. Antes de irnos conocimos a Luisa y Alex, dos suecas con veinte años muy bien llevados, *Quedaos aquí esta noche, lo pasaremos bien. –No mujer, nos volvemos a Ulu, si cuadra bien nos vemos antes de que os vayáis. *Ojalá.

Rumbo a recoger mi tabla y la de Andy, vi al chaval con el que jugué dos partidos de fútbol cuando estuve por aquí. ¡Qué pasa Milo! *¡Lucas! ¡Que pasa man! Nos pusimos un poco al día. *¿Qué tal está Tony? -Te acuerdas ¿eh? Difícilmente le puede ir mejor. Mañana tenemos partido por la noche. Inu va a flipar con las pistas de césped sintético, marcadores electrónicos y graffitis de Beckham, Ronaldo, Ronaldinho y Zidane. En Naruki nos dejaron las tablas perfectamente reparada, callejeando por Kuta, motada nocturna a casa (30 min). Andy, Jose, Angelo y una pareja se van el martes 19 de febrero a pasar dos semanas entre Lombok y Sumbawa, quieren que nos unamos a su trip y quizá coincidimos en Sumbawa. Veremos.

Bali es intuitivo. Piensas que va a salir alguien del callejón y sale. El camión va a hacer ese adelantamiento imposible y lo hace, pasa lo que piensas que puede pasar. Lo mejor es no dejar espacio a la duda, estar seguro de lo que quieres, de tu camino, así el cosmos lo interpreta en tu favor.

Ayer surfeada mañanera en Gunung Payung con Rolando, el holandés rasta que vive dos habitaciones a la izquierda de la nuestra. La mejor sesión desde que estoy aquí. Fluyendo, conectado, más instintivo que aprendido, mente vacía o llena, daba igual. Remar al pico, elegir tu ola y que ella te elija a ti, dos brazadas, pecho y ya estás cabalgando por el pulso de la ola. Venía alguna serie grande, limpia, abriendo, sin viento, agua caliente, fondo de coral, piscina natural con olas perfectamente delineadas. Sick. No me he ido y ya tengo ganas de volver.

Derecha en Gunung Payung
Comí con Sowe, Lucas el francés, Allit, Inu y Jose en el warung de la cabaña. Inu y Jose destilan ganas de hacer deporte, no les llega con las olas de Padang Padang, en parte por el escaso tamaño sin fuerza y en parte porque le dan pocas horas. Mientras yo sesteaba, Jose instruyó Inu en movimientos, estiramientos y llaves del arte del  Jiu Jitsu, de fondo sonaba un remember quinceañero con el Fliying Free como hit. Estiramos con Pablo y Francesca en la playa, la pareja que se ha ido hasta el domingo a las Gili en Lombok. Música en vivo en el Single Fin para acabar el día, reggae tranquilo y a dormir profundamente.

Pablito el fotógrafo
Lucas & Lucas
Inu, Jose, veníos con nosotros a Gunung Payung que la ola es más potente que aquí, está pequeño y se puede aprender mejor. Nos hemos juntado allí Lex, Roland, Luca, Jose, Inu y Toni, el catalán que llegó hace dos días con su pareja, se han cogido un año para dar la vuelta al mundo. Los tres últimos se han metido lejos del pico principal. Sesión guapísima, me gusta esta derecha, su primera bajada, aunque tras pasar la segunda sección se queda sin pared. A las 2 pm teníamos que estar en Inmigración y a las 12.15 he salido del agua. Ni rastro de Inu ni Jose. Charlie, holandesa amiga de Lex, tomaba el sol. *Oye, ¿esta gente ha salido del agua? –No creo.

Recuperando fuerzas con un pocari sweat estaba, cuando Inu ha aparecido por la escalera de acceso a la playa, camuflado con hojas, magullado, cara desencajada: Lucas, no me vuelvas a hacer esto nunca, estoy vivo de milagro, ha sido el peor día de mi vida, he vuelto a nacer.

*¿Qué ha pasado?

Me lo han contado en Nusa, warung local de rica y barata comida:
-Colega hemos entrado en el mar e incluso hemos cogido alguna ola, yo la primera de mi vida, 10 segundos de pie y le he dicho a Villa, cuando quieras salimos que ya me voy contento. Remando hacia la playa me costaba muchísimo, no me movía de donde estaba, he visto un punto en una roca y ahí seguíamos, sin avanzar nada. Los nervios han empezado a apoderarse de mis movimientos tío, no  podía salir. Le he dicho a Jose de ir a favor de corriente en vez de remar en contra gastando energía inútilmente. *Sí, pero yo había oído que hay que remar en diagonal a la corriente. -Pues eso, hemos hecho lo que Villa decía y media hora nadando prácticamente sin movernos del mismo sitio y cada vez con menos fuerza. *Ha habido un momento que he tirado la tabla a ver si así avanzaba más pero qué va, peor. A los 40 minutos Inu estaba muy nervioso, yo más tranquilo porque me veía con fuerzas, aunque sí que es cierto que no avanzábamos nada y no sabíamos qué hacer.-Total que he visto un saliente en el acantilado y a quince metros de él una roca grande solitaria que eran nuestra única oportunidad de salir de allí y en esa dirección hemos remado, ya cansados. El mar movido como estaba y las olas golpeando contra el arrecife con violencia; Jose ha conseguido llegar al saliente y, con la tabla, ha subido cortándose manos y pies hasta ponerse a salvo del mar. Yo me he ido a la solitaria roca y al aproximarme, una ola me ha  aplastado, yo aferrado con toda mi alma, me he dicho: no me suelto ni de coña, y ahí me he rajado un poco las manos y los pies, pero he aguantado esa y otra ola. Le he preguntado a Villa si la marea estaba subiendo para quedarme o no en la roca. Joder qué situación. Me he armado de valor y he saltado como un pro con la tabla en el pecho avanzando 3 metros, y nada más tocar agua he remado con un miedo-adrenalina brutal hasta llegar al saliente, atravesando las olas. Colega me he agarrado con 4 dedos, dos de cada mano, y he tirado de todo mi cuerpo para arriba, si no hubiera estado en ese momento no lo hubiera conseguido pero he subido hasta con la tabla. Dios, por fin fuera del agua. Ahí me he calmado instantáneamente y han empezado los nervios en Jose, normal porque delante nuestro teníamos selva balinesa. Trepando, escalando, descalzos, bañador y tabla, magullados los pies, muslos, brazos y manos. La roca desnuda ha dejado paso a la densa vegetación, ¡selva virgen colega! Maleza hasta el pecho, iba abriendo un poco de camino con la tabla, subiendo hacia la cima… Pisando de todo; troncos, hojas, sin ver dónde poníamos los pies, escuchando el sonido sordo de la vida alrededor, sintiéndome amenazado a la par que salvado. Me daba igual que me picase o mordiese cualquier bicho balinés. El camino lo íbamos creando a nuestro paso. Espectacular. Al rato, concentrados en salir de allí, me he emocionado al ver el primer resto de civilización, !una lata de coca-cola! ¡Vamos! Hemos seguido recto, rodeados de verde y al poco hemos salido a la carretera. Dos putas horas peleando con la vida. Al final hemos triunfado y aquí te lo podemos contar.
¿El tema de remar a contracorriente no sabíais que no funciona? Colegas eso se conoce ¿no? Impresionante lo que habéis hecho locos. Si os hubierais dejado llevar por la corriente hasta el final, remando un poco hubierais salido en la playa de al lado. Vaya par de pelotas que tenéis, llega a estar más grande y el mar os hubiese aplastado contra las rocas ¿no querías adrenalina? Ni saltar en paracaídas, ni rafting ni actividades programadas. Lo de hoy es adrenalina pura, innata, existencial. Mirar a la muerte a los ojos desconociendo el final que está por venir, saliendo airoso. Me encanta. 

Después de una semana y tres visitas a inmigración, ya tenemos visa hasta el 23 de marzo. Nice porque salimos del país el 10 de ese mes. Dejé la moto, cuatro pasos y volví a recoger el pasaporte, que estaba en el cajetín, ¿te imaginas que me lo quitan? Miré la moto, bueno no creo que se lleven el casco, respetarán el tema accidentes... Flipé cuando a la hora volví y no estaba el casco. Lleno de ira observé fijamente a los obreros, que me miraban. Dibujé una cruz en el aire y me fui a escribir al Cacho´s. Volví de noche, aparqué antes del camino de piedras, como siempre, y me encontré mi casco en el muro. ¿Arrepentidos?


Lo que pasó ayer después de cenar en el Mango Tree fue totalmente inesperado...