martes, 5 de febrero de 2013

VILLA JAS

SEAWS XXII
South East Asia Wild Spirit


"La intención, combinada con el desapego, lleva a una conciencia del momento presente centrada en la vida. Y cuando la acción se realiza teniendo conciencia del momento presente, su eficacia es máxima." Deepak Chopra.
¡Buenos días familia! Vamos Luki a comprar tu tabla. Ahí estaba J a las 9 am. Qué resaca colega ¿Dónde te metiste ayer cabronazo? *Tiré bomba de humo, ¿Ustedes qué? -Nada, la borrachera que llevábamos  fue a más y me llevé un cabezazo de un taxista balinés, poco más que destacar. *Qué puro, una noche muy bien tirada, ni se te ocurra hacer nada, que aquí te abren en canal. -¿Esta gente no tiene filtro o qué? *En Kuta hay mafia, mejor no tener líos con los locales que desapareces rápido. Inu dormía cuando nos fuimos a por la tabla. Me he comprado una nueva, 6.0 fusion 2, perfecta para mí, si algo falla es mi surf, sin excusas. Espero venderla cuando dejemos Bali recuperando de ese modo el 75% de su valor. *Oye vuelve a casa y prepárense rápido, nos vamos a coger olas al sur de la isla con Damien, un colega francés que es un crack.-Pues venga, la mejor manera de pasar la resaca es en el agua.

Testing the surfboard
Inu no tenía tabla. María, mi hermana, estuvo hace poco en Bali perfeccionando su surf y compartiendo su depurada técnica en Yoga y, antes de irse, me dejó su tabla junto con una caja de medicinas en un guest house de Changgu, a 15 km dirección norte de nuestra villa. –Inu, mañana o luego, según cuadre, vamos a buscar tu tabla, además por lo visto el fondo es coral y de primeras mejor que surfees en fondo de arena, para no esquilarte del tirón. *De lujo, pues nada, vamos a una playa paraíso que ya tengo ganas.

Damien salió de su casa contando historias de su noche loca, nos pusimos en marcha. Hilera de 4 motos que cerraba yo, me perdí dos veces sólo y una con Inu, esta gente va con prisa y yo paso forzar, luego la policía retuvo a Juanjo un rato, cerca estuvimos de desistir del plan pero al final hicimos equipo por las aldeas balinesas, sorteando los agujeros de la carretera, viendo fotos en cada mirada. Espero que dentro de no mucho desarrollen cámaras fotográficas de control ocular, sin necesidad del uso de las manos, que cada pestañeo sea una foto, porque hay lugares de este planeta en los que, ya sea por la novedad de lo visionado, por la diferencia cultural, por la exoticidad del instante y lo que es seguro, por la pureza  original impregnada en el envolvente ambiente y sus gentes, que deberían estar inmortalizados para siempre en una imagen, una detención del tiempo de carácter eterno con gran poder traslativo y evocador. Así, cruzamos la frondosa vegetación de la península de Bukit, al sur de Bali para llegar, tras 35 km de curvas y cuestas en carretera de dos carriles (uno para cada sentido), al punto más sur de la Isla, enfocando directamente a Karratha, en Australia. Impresionante el boom constructor latente en Bali actualmente, me recuerda a la España de la entrada del Euro, la que tras siete años de ficticia riqueza y precios al alza, se sumió en una crisis financiera hace ya seis años, la misma a la que todavía no se atisba la salida, siendo el factor constructor una de las causas más importantes del hundimiento y posterior lastre de la economía del país.

Pantai Timbis
Aguas turquesas, fondo de coral, exuberante vegetación y líneas de olas de formación perfecta. Agradecí el escaso tamaño (2 ft = medio metro largo) ya que llevo tiempo sin darle fuerte y aunque estoy en forma, necesito surfear una semana regularmente para alcanzar buen nivel. Un coco entero fresquito (50ct€) para coger fuerza y al agua retomando sensaciones, probando el cohete que me lleva por la pared de esta izquierda, sintiendo de nuevo los músculos de espalda, trapecio y hombro al remar, preparados y alegres por volver a darles su uso preferido. Rodeado de naturaleza virgen. Gracias Shepparton. 2 horas de sesión, ocho personas en el agua, Inu en la playa con 2 italianas amigas de Juanjo y Damien, clásicas cazasurfistas de las que se reparten todos los spots surfistas del globo: sabedoras de que hay surfistas en lugares del mundo donde no hay nada más que hacer que coger olas, estas mujeres viajan a esas localizaciones para conocer a su público favorito en un ambiente de escasa competencia femenina, por lo que incluso su propia belleza aumenta con el paso de los días pudiendo elegir estar con personas que en otro escenario no les dedicarían siquiera una mirada. Después del baño y tras el largo camino de venida pensaba que nos íbamos a quedar más tiempo en la playa, pero qué va, tras escribir algunas palabras en español (hola, qué tal, hasta mañana, suerte con todo) a la simpática balinesa del warung (puesto/tienda), deshicimos la ruta de seguido.



Tráfico caótico en comparación con lo conocido, sin embargo los conductores tienen su propio código de circulación que les permite reducir al máximo el número de accidentes pese a la aparente cercanía de los mismos. No existe el concepto distancia de seguridad. Si te pitan, sigue haciendo lo que haces sin desviarte de tu ruta, te están adelantando. Los brazos son también intermitentes. Gritos desde un camión significa detente, vehículo largo. Ir en coche es desesperante y en moto adrenalina. Me puse a grabar con la cámara y perdí a J e Inu. Llegué a casa media hora después, perdido pero sin agobio, reconociendo las calles. Comimos con Steph y J en un clásico warung balinés, donde eliges base de arroz y vas añadiendo ingredientes. Cómo le gusta a Inu mezclar pollo, verduras, pescado y lo que haya. Joder que estrés, todo lo dejado de hacer en Australia lo concentramos en los primeros días de Asia. Bonito estar al otro lado de la barra en los restaurantes y en la primera línea de las noches balinesas. Tarde de siesta, villa, escritura y relax, concretando rutas a seguir y estableciendo objetivos. Bali, después de la locura inicial, es surf. Los precios se han disparado en esta isla acercándose al estándar europeo, la noche sólo motiva porque el cliché social ha establecido que intimar con el sexo opuesto ha de hacerse en discotecas, sin perjuicio de que eso sea simplemente genérico, no excluyente y para visitar arquitectura muerta ya volveremos cuando el deporte no sea opción debido al envejecimiento de nuestro cuerpo. Así que aquí, olas. Disfrutar del tiralíneas que Zeus envía puntual y diariamente a la costa oeste balinesa. A las 3.50 am sonó la alarma; me desperté sudando, no me gusta dormir con A/C. Todo listo para el clásico, Real Madrid vs FCB, no nos lo perdimos pese a la diferencia horaria y de nuevo al camón. Empate que deja la eliminatoria abierta para el Camp Nou, Tito vuelve pronto que a Roura el banquillo le queda enorme.

Llamé a J por la mañana, a las 10.15. Bon día Yey, ¿te cundió la tarde o qué? *Colega me dormí a las 7 pm y me acabo de levantar, hoy tengo que trabajar todo el día que ayer no hice nada. –Oka, menuda sobada te has dado man, nosotros vamos a ir a Tanah Lot y luego a Changgu a recoger la tabla de Inu y pegar unas olitas. *Un plan muy puro, mañana nos vamos todos a Padang Padang (sur de la isla), a pasar el fin de semana en una villa del padre de Steph, llámame cuando volváis. -Dicho, dale Yey.


Tanah Lot



20 kilómetros en 40 minutos dejando a ambos lados terrazas de arroz, warungs de comida y venta de aves, niños con uniforme escolar, campesinos cargados hasta los tobillos, famélicas vacas, evitando las imperfecciones del terreno hasta llegar a Pura Tanah Lot coincidiendo con la marea alta, por lo que el templo emergía del agitado mar, majestuoso. Estructura de religión hinduista, la mitología señala que las serpientes protegen el lugar ante la posible entrada de espíritus malignos y por ello ese reptil aparece tallado repetidamente en la piedra del templo y en la entrada te puedes hacer fotos con serpientes enormes, aunque atontadas. Pasandooo. Tiramos unas fotos sin llegar a respirar la mística del lugar y nos dirigimos a Changgu (playa surfista) con el mismo hambre que Adrien Brody en el pianista. Queríamos comer barato porque se nos ha ido el presupuesto de las manos desde la llegada al SEA. Me pasé varios warungs con buena pinta por miedo a frenar en gravilla, finalmente encontramos el nuestro. Y allí estaban 3 españoles veteranos; una pareja de vascos y un cocinero de Madrid. El de San Sebastián era un personaje; 48 años, camisa hawaiana abierta y cara de haberle dado sin miedo a la vida, llegó 20 años atrás al Bali inexplotado y triunfó exportando ropa y muebles; ahora tiene una Surfcamp en Changgu y un chiringo en Gili Air, una de las tres maravillosas islas localizadas al noroeste de Lombok, la isla gemela de Bali. Cuando dejemos Bali el destino inmediato será Gili Trawagan, allí estuve hace 4 años y espero que no haya cambiado demasiado. Isla pequeña, arena fina y blanca, sin coches ni motos, artesanal y de fiestas extrasensoriales. Memorable buceo y snorkel, seafood barato y fresco, desinhibición absoluta, lo que pasa en las gili… os lo contaré por el blog. Queremos ascender al volcán Rinjani (4 días de travesía), también en Lombok, es el segundo más alto de toda Indonesia, pero parece que en esta época del año está cerrado por las fuertes lluvias, ya veremos porque lo vamos a intentar.


Inu. Primeras remadas
Me emocioné al percibir el gran cariño que profesaba a mi hermana la mujer del guest house donde María se quedó 1 mes el pasado noviembre. La señora, con sus dos hijos abrazados uno a cada pierna, me dio la tabla, la cajita con medicinas que preparó con amor la Tía Marisa y no aceptó rupias por ello. ¡Vamos al agua Inaaaa! Inu probó el surf en el Algarve (Portugal) y le encantó, aunque se decepcionó en la costa este de Australia. Ahora espero que se enganche a este deporte que además puede practicar en su Almería natal. Unos consejos en la arena y primera sesión. Nos reímos. Es duro ¿eh?

Fiorelo (Putu)
Esa noche cenamos en un japonés los 4 fantásticos, majísimo Putu, el camarero balinés con dientes como piezas de dominó y risa contagiosa al que J llama Fiorelo porque parece un latin lover italiano con su coletita de torero. *Mañana antes de las 3 pm nos vamos a Villa Pemutti. Surftrip. -Debuti pareja, ¿esta noche se sale? Se miraron siendo él el plan de ella y viceversa. -Ok. Inu, nos damos una vuelta a lo pobre a ver cómo está Kuta de jueves o qué.  *Si son dos bintangs y a sobar me vale. -¡Pues vamos a Alicat! **Ligar es un estado de ánimo y hace tiempo que estoy con confianza, quería conquistar. Conocer otras culturas implica bucear en todas sus posibilidades y el capítulo sexual es una de ellas. Poder testarte a tí mismo en un ambiente internacional motiva siendo Bali un spot perfecto para ello**. En el Alicat estaban los amigos de Juanjo, con los que hicimos grupo y al cierre aparecimos en Aykon. Espectáculo de gogo´s vestidas de policía en la barra. De birreo por allí, esperando conexiones. Inu se acercó a una sueca rubia que le regaló cinco minutos para después seguir con su ruta de llenada de ego calentando a todos los hombres del local. Al contrario que con Gabi, no sentí nada especial por ninguna de primeras, pero me gustaron dos rubias y una morena. Una de la rubias roneaba demasiado con demasiados, descartada. La otra rubia me puso la entrada, el paso más delicado, fácil. Acalorada, se abanicaba con la mano, así que se la cogí suavemente sin decirla nada y la coloqué enfrente del aire acondicionado. Seguí bailando. *¿De dónde eres? Ahí estaba Olga, enfrente de mí, por su forma de mirarme sabía que nos íbamos a despertar juntos aunque Inu no quisiera hacerme la cobertura con la amiga, una negrita de pelo afro, estilizada. Lo que no sabía es que la moscovita vivía en Jimbarán, de camino a Villa Pemutti, dónde íbamos. Desayunamos en “Revolver”, un local de Seminyak que parece sacado del Lower East Side de Manhattan, NY. Conocimos a Guillermo y Lucía, pareja de españoles, ella amiga de Juanjo, ambos buscando trabajo en Singapur y en Australia por la mierda de expectativa profesional que ofrece España. Después de una deliciosa despedida de la rusa, seguimos al Jeep Wrangler granate de Steph hasta su casa a 30 km de la nuestra, dejando a Olga cerca de la suya… El buen asfaltado del largo camino de entrada invitaba a pensar que estábamos llegando a una villa de lujo, pero no me esperaba tanto. 



Infinity pool


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