jueves, 14 de febrero de 2013

ROCK N´ROLLA

SEAWS XXV
South East Asia Wils Spirit

"La madurez de la persona es volver a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño." Friedrich Nietze

Gunung Payung desde el parking
Primera semana completa en la península de Bukit, en Padang-Padang, en el Bali Rocks. Y yo que no me quería alojar aquí porque me pillaba lejos de las olas que he surfeado. Acierto máximo. Complicado encontrar un lugar con semejante cúmulo de energía flotante enfocada en el mismo sentido, será por no buscarlo; además si Inu quiere surfear, sólo tiene que bajar los escalones de piedra, meterse en el agua y remar al point break. Pero no le convence el surf, “no es mi deporte, me encanta por el trabajo físico que implica y le voy a dar hasta que nos vayamos, pero soy más de fútbol, cuando vuelva a España me meteré en el mundo Kite surf”. Esa es otra, cambio de planes por cambio de prioridades; Inu finaliza el viaje a mediados de abril en vez de a mediados de mayo, quiere llegar con liquidez a España, hemos eliminado Vietnam del itinerario, por quedar a desmano y dificultad de conseguir visado llegando al país por tierra, así que el último mes de trip lo invertiré en coger olas en Bali o Sri Lanka, o en ambas. Me llama la atención la lágrima colgante de la India. Superada hace relativamente poco tiempo una guerra civil, el turismo popular aún no ha cambiado los  usos de la isla, por lo que permanece pura y salvaje, fiel a sí misma, a su ritmo, sin influencias profundas más allá de las inmensas terrazas de té reminiscentes de la antigua  colonia inglesa que dominó el país hasta 1948.  

Gallos de pelea

Olas a diario. El viernes pasado a las 8 am estaba con Marcos observando desde la montaña el SS, flat, piscina, sin olas surfeables. Bajón, ¿está así toda la isla? Entonces aprovecho, me meto con Inu en Padang Padang y le doy unos consejos. Llegué e Inu se acababa de duchar, *¡venga nen vamos al agua! – Uf, acabo de salir y no he cogido nada. *Por eso, venga que has estado una horita nada más, vamos a darle. Estaba pequeño y sin fuerza, suficiente para aprender.

Dormir con el balanceo de las olas, despertar y surfearlas. Todas las mañanas dejo a Inu en la cama de al lado, eso cuando no comparte noche con Djulia, la francesa vecina, simpática y atractiva, a la que adiviné su cumpleaños y nombre + apellido de su mejor amigo (22 de junio, Benjamin Marten) para correr olas junto con quien se una. El sábado pasado líneas perfectas en Gunung Payung (GP), a 20 minutos de conducción balinesa, sin viento, sesión de tres horas con Andy, el malagueño que llevaba toda la vida de bodyboarder y se pasó al surf hace tres meses. Se le da deluxe. Una, otra, girando, recordando, cayendo, en una de ellas pasé la primera sección, intenté entubarme en la segunda, más hueca, pero qué va, el labio de la ola me escupió lejos y cayó sobre mí batiéndome bajo el mar, girando descontrolado como un Gijoe en la lavadora, ojos cerrados para evitar perder otra lentilla (van 2), sólo pensando en no tocar coral, que no toque coral. Superficie. Sonrisa y al pico. ¿Esto es lo peor que puede pasar? Pues venga a por más. Comer, siesta en la hamaca de la terraza cabañera y de vuelta a GP, esta vez con Inu, Djulia y Lex, el holandés vegano, monitor de surf en Amsterdam, 29 años, cultivado e interesante. Hice de guía aparentemente seguro, por dentro con toda la duda de si íbamos bien; estaba grande y movido, sólo un surfista en el agua. Tardé 20 minutos en entrar, zampando espuma y una vez dentro, hora y media bajando derechas. Vuelta a casa de noche cerrada, un balinés tirado en medio de una larga cuesta abajo con el tobillo hinchado, su moto en la cuneta. *¿Are you Ok? –Yes, dijo otro balinés que salió de la oscuridad. *Suerte. Seguimos. Ducha muy pura, con cangrejos y lagartijas por ahí, de decorad. ¿Y J? En Sumbawa, Lakey Peak (ola calidad) con Damien, nos perdimos el viaje por no tener teléfono ni internet durante dos días.

Made, la encargada del warung-restaurante situando en medio de los tres hoteles-cabaña del acantilado de Padang Padang, es una maestra cocinera. Desayunar ensalada de frutas con leche condensada y miel, comer nasi/mie goreng (arroz/fideos con vegetales, pollo y huevo frito, salsa picante y satay) cenar banana pancake con sirope de chocolate. Siempre hay algún viajero por allí: Allit, el holandés que vivió en Costa Rica con su marcada mentalidad graciosa y sexual. Luca, el francés de Quiberon, bajito y fuerte, habla poco inglés, un cachondo, escucha que alguien comenta surf y dice: let´s go. Surfea duro le petit. Brandon y Josh, dos australianos que se complementan a la perfección, parecen hermanos. El Jersey Team: Naomi, Sowe y Ally. Guerrera, princesa y Princesa-guerrera: tres guapetonas inglesas que no surfean pero a las que les va la fiesta. Las tres con novio. ¡Claro que la rusa también tenía novio! La llamo, qué haces Olga. –Lucas, creí que te habías olvidado de mí, tengo que decirte una cosa. (Acojone automático, ¿ya la he liado?). Tengo novio desde hace tiempo… Hahaha, pues nada mujer si quieres le felicito el San Valentín.

Una cosita la hija de Made, 8 años, cuando escribo allí en el warung, se sienta a mi lado y lee en voz alta. A ver si le hago unos folios con frases y palabras en tres columnas: balinés, inglés y español.

Luki, Marcos, Andy, Diego, Inu
El domingo a las 6.15 am tenía a Marcos en la ventana. Despertar viendo Padang Padang con mini olas (cuando funciona aguanta hasta 18ft) hace que valore más Gunung Payung, con tamaño aunque algo más desordenado que ayer. Se vino Pablo, el argentino que vive en Barcelona, fotógrafo y buena onda, aunque no le vi en el pico, se fue sin entrar. Cinco en el agua al inicio, el spot para Andy, Marcos y Luki a las dos horas. ¿Has visto eso? Una tortuga marina sacó la cabeza a metro y medio de nosotros. Qué guapa ella.  Diego en la arena con el tímpano perforado, aún no se puede meter en el agua pese a las ganas. Unas risas, unas olas, Marcos de backside al ser goofy (pierna derecha delante) y a comer a un warung cerca del Bali Rocks. *Chavales, voy a buscar a Inu, venimos ya.  Me lo encontré saliendo con la moto cuando aparcaba la mía. *¿Has comido? –No, iba al Mango Tree a tomarme un zumo de papaya. *¡Sígueme! Adoro la comida tradicional de esta isla.

Camino del warung de Made iba, tras veinte minutos de siesta, cuando me crucé con Inu, nervioso estaba el hombre: *Lucas dame tu número de cuenta, lo siento tío. – ¿Qué ha pasado Ina? *Joder, me he dejado tu ebook en la moto, he ido a buscarlo y no está. Han sido los de la obra, fijo, dame tu número de cuenta. -No pasa nada pero menuda parra llevas colega. Seguí hacia el warung, Inu detrás. *O me das tu número de cuenta o se lo pido a tu hermana, ¿cuánto costó? 189€ ¿no? Era de tu padre, dímelo que si no, no me quedo tranquilo macho, te doy el dinero ahora. -Inu, ya está, a mí no me debes nada, quédate tranquilo, te ha pasado a ti como me podía haber pasado a mí, mírate el empane que llevas en la cabeza, que vas coleccionando despistes, pero vamos por mí ni te preocupes. *Dame tu número de cuenta, te lo pago ahora mismo. –Colega abre la mente cohone, no pasa nada, dentro de cinco o seis años, cuando tengas dinero, si quieres, le invitas a cenar a mi padre o le mandas otro ebook por reyes pero ahora no te preocupes. Los de la obra no tienen un céntimo, venimos aquí con todo, normal que abran la moto y pillen lo que haya dentro. Da igual. Tenemos los libros en el Pc, a mí me jode sólo por la luz de noche, que me molaba. Je. Mira, lo mismo que cuando me secuestraron, pegaron y robaron en Guayaquil (Ecuador): si el dinero que consiguen con la venta del ebook lo utilizan para hacer la vida mejor a su familia, ya está bien, mejor uso que el que le podamos dar nosotros, sin embargo, si lo quieren para drogas u otras mierdas, ojalá mueran con dolor. Al final, sufrir un robo tiene dos posibles causas: o bien lo atraes tú mismo con el miedo a perder tus objetos queridos, que no es el caso, o bien se trata de una regularización kármica, un balance entre bueno y malo. Teniendo en cuenta como está saliendo el trip, se trata de eso último, así que hasta deberías estar contento, ojalá lo peor que nos pase sean robitos como este. “Bueno, te dejo escribir” dijo un Inu visiblemente más calmado.´

Abren todas las motos a diario, y se llevan lo que haya. Hemos pensado en meter una serpiente, araña, cagar en una bolsa o un billete escrito en indoneso “tú y tu familia vais a morir”. Sólo de palabra, lo mejor es no dejar nada en el cajetín y pasar del resto.

De pie, de izq a dcha: Inu, Gary, Jose, Villa, Ray

Laticauda Colubrina
Esa tarde-noche barbacoa en la playa motivada por Gary, el cántabro que se cayó de la moto al chocar de frente con otra moto que adelantaba indebidamente. Pollo, ternera y atún al limón para todos, bañado en Bintang. Los domingos en la zona de Uluwatu se pone bien el Single Fin, garito de dos plantas, terraza y piscina. Previa fiesta comentábamos Jose, Inu, Marcos, Diego y yo en la playa, el resto de camino al Single, iluminados tenuemente por las ascuas de la hoguera y las estrellas del cielo balinés… Inmersos en una historia, Inu gritó y el grupo se deshizo; en medio, reptaba lentamente una cobra marina balinesa… Cogí un palo para jugar un rato con ella, hasta que desapareció entre las rocas. Luego descubriríamos que su veneno es mortal, diez veces más potente que la peor cascabel que se conoce, te muerde y en menos de dos minutos falleces, aunque con su pequeña boca es complicado que lo haga. Sus víctimas suelen ser pescadores a los que muerden cuando las sacan en la red con el resto de la pesca.


Inu, Marcos, Diego, Gary, Pablo, Lucas, Villa, Jose, Allit, Marcelo, Roland
Noche de Single Fin, caras conocidas de la noche de Kuta. Matías, Teiky, los amigos de J por allí, intentando surfear también la nuit. Ritmo brutal el que marcó el Dj; lo seguimos con un corro enorme en el medio de la pista. Gente de todas las partes del mundo esperando a que la botella de bintang les hiciese salir al medio para su momento de gloria. Pinos, break-dance, boxeo, la peña a su rollo en el todo vale. Sudor. Épico Marcos con su baile gorra ladeada, me reí mucho con él. Tequila, birra, limón y sal. Cerró a la 1am, empezamos la barbecue a las 5 pm así que el estado era pa verlo. A la salida una itala me dijo que era su última noche en Bali, que quería compartirla conmigo. *Oki, sube a la moto. –Te conocí en Pandawa, ¿te acuerdas? *Eee, coño ¡cazasurfistas! Sexión veterana.

Lunes de resaqueo, siestas a destiempo, comida made in Made y estiramientos en la playa con Francesca, argentina afincada en Barcelona y novia de Pablo. Flexibilidad máxima la mujer, me quedé relajadísimo. En principio el martes a primera hora íbamos a ir a inmigración (Kuta) para quitárnoslo de encima, pero J quería surfear Uluwatu de morning “va a estar bueno de 8.30 a 10.30, quedamos a las 8.00 am en el parking de Ulu”. *Ok J, tengo mi tabla en Kuta, reparándose de la caída del primer día en Ulu, mañana la recojo. –Te llevo una mía.

Desayuné con Inu en el Homestay 69, baratísimo supermercado que nos enseñó la comuna española, rápida conexión a internet y terraza ambientada. Deluxe. 4ft de perfecta izquierda en Temples Ulu, no demasiada gente. Marcos y Diego están en Lombok, vuelven el domingo. A las 11.45 Inu pagaba los 25$ del nuevo visado, hasta el 23 de marzo. Recoge el pasaporte estampado el 14 de febrero, de 2 a 3 pm. Yo pensaba que había perdido el recibo y hasta que lo encontré en la mochila, Eko, nuestro agente de inmigración, trataba de solucionar el tema conectando con la sede central, en Java. Solucionado. Vámonos de outlets. Pequeñas compras, jubilé la reventada mochila de cuero. Gracias por todo. Llevé la tabla de Andy a Naruky, donde estaba la mía. *Para mañana está lista. –¿Puedes tenerla para hoy? Aunque sea a última hora… *A las 20 si quieres. –Gracias dude.

1 de los 3 combos,
Sky Garden
Hasta las 17h que empezó el buffet libre en Sky Garden hicimos tiempo en el Fajar, restaurante del que tenía buenos recuerdos de mi anterior viaje a Bali… La camarera era la misma pero no se acordaba de mí. Fea. 4€, barra libre de cerveza y todo lo que puedas/quieras comer en el Sky Garden, escenario de esas noches locas de Kuta. Engullir ternera, arroz, pasta, pollo y costillas hasta que duele. Antes de irnos conocimos a Luisa y Alex, dos suecas con veinte años muy bien llevados, *Quedaos aquí esta noche, lo pasaremos bien. –No mujer, nos volvemos a Ulu, si cuadra bien nos vemos antes de que os vayáis. *Ojalá.

Rumbo a recoger mi tabla y la de Andy, vi al chaval con el que jugué dos partidos de fútbol cuando estuve por aquí. ¡Qué pasa Milo! *¡Lucas! ¡Que pasa man! Nos pusimos un poco al día. *¿Qué tal está Tony? -Te acuerdas ¿eh? Difícilmente le puede ir mejor. Mañana tenemos partido por la noche. Inu va a flipar con las pistas de césped sintético, marcadores electrónicos y graffitis de Beckham, Ronaldo, Ronaldinho y Zidane. En Naruki nos dejaron las tablas perfectamente reparada, callejeando por Kuta, motada nocturna a casa (30 min). Andy, Jose, Angelo y una pareja se van el martes 19 de febrero a pasar dos semanas entre Lombok y Sumbawa, quieren que nos unamos a su trip y quizá coincidimos en Sumbawa. Veremos.

Bali es intuitivo. Piensas que va a salir alguien del callejón y sale. El camión va a hacer ese adelantamiento imposible y lo hace, pasa lo que piensas que puede pasar. Lo mejor es no dejar espacio a la duda, estar seguro de lo que quieres, de tu camino, así el cosmos lo interpreta en tu favor.

Ayer surfeada mañanera en Gunung Payung con Rolando, el holandés rasta que vive dos habitaciones a la izquierda de la nuestra. La mejor sesión desde que estoy aquí. Fluyendo, conectado, más instintivo que aprendido, mente vacía o llena, daba igual. Remar al pico, elegir tu ola y que ella te elija a ti, dos brazadas, pecho y ya estás cabalgando por el pulso de la ola. Venía alguna serie grande, limpia, abriendo, sin viento, agua caliente, fondo de coral, piscina natural con olas perfectamente delineadas. Sick. No me he ido y ya tengo ganas de volver.

Derecha en Gunung Payung
Comí con Sowe, Lucas el francés, Allit, Inu y Jose en el warung de la cabaña. Inu y Jose destilan ganas de hacer deporte, no les llega con las olas de Padang Padang, en parte por el escaso tamaño sin fuerza y en parte porque le dan pocas horas. Mientras yo sesteaba, Jose instruyó Inu en movimientos, estiramientos y llaves del arte del  Jiu Jitsu, de fondo sonaba un remember quinceañero con el Fliying Free como hit. Estiramos con Pablo y Francesca en la playa, la pareja que se ha ido hasta el domingo a las Gili en Lombok. Música en vivo en el Single Fin para acabar el día, reggae tranquilo y a dormir profundamente.

Pablito el fotógrafo
Lucas & Lucas
Inu, Jose, veníos con nosotros a Gunung Payung que la ola es más potente que aquí, está pequeño y se puede aprender mejor. Nos hemos juntado allí Lex, Roland, Luca, Jose, Inu y Toni, el catalán que llegó hace dos días con su pareja, se han cogido un año para dar la vuelta al mundo. Los tres últimos se han metido lejos del pico principal. Sesión guapísima, me gusta esta derecha, su primera bajada, aunque tras pasar la segunda sección se queda sin pared. A las 2 pm teníamos que estar en Inmigración y a las 12.15 he salido del agua. Ni rastro de Inu ni Jose. Charlie, holandesa amiga de Lex, tomaba el sol. *Oye, ¿esta gente ha salido del agua? –No creo.

Recuperando fuerzas con un pocari sweat estaba, cuando Inu ha aparecido por la escalera de acceso a la playa, camuflado con hojas, magullado, cara desencajada: Lucas, no me vuelvas a hacer esto nunca, estoy vivo de milagro, ha sido el peor día de mi vida, he vuelto a nacer.

*¿Qué ha pasado?

Me lo han contado en Nusa, warung local de rica y barata comida:
-Colega hemos entrado en el mar e incluso hemos cogido alguna ola, yo la primera de mi vida, 10 segundos de pie y le he dicho a Villa, cuando quieras salimos que ya me voy contento. Remando hacia la playa me costaba muchísimo, no me movía de donde estaba, he visto un punto en una roca y ahí seguíamos, sin avanzar nada. Los nervios han empezado a apoderarse de mis movimientos tío, no  podía salir. Le he dicho a Jose de ir a favor de corriente en vez de remar en contra gastando energía inútilmente. *Sí, pero yo había oído que hay que remar en diagonal a la corriente. -Pues eso, hemos hecho lo que Villa decía y media hora nadando prácticamente sin movernos del mismo sitio y cada vez con menos fuerza. *Ha habido un momento que he tirado la tabla a ver si así avanzaba más pero qué va, peor. A los 40 minutos Inu estaba muy nervioso, yo más tranquilo porque me veía con fuerzas, aunque sí que es cierto que no avanzábamos nada y no sabíamos qué hacer.-Total que he visto un saliente en el acantilado y a quince metros de él una roca grande solitaria que eran nuestra única oportunidad de salir de allí y en esa dirección hemos remado, ya cansados. El mar movido como estaba y las olas golpeando contra el arrecife con violencia; Jose ha conseguido llegar al saliente y, con la tabla, ha subido cortándose manos y pies hasta ponerse a salvo del mar. Yo me he ido a la solitaria roca y al aproximarme, una ola me ha  aplastado, yo aferrado con toda mi alma, me he dicho: no me suelto ni de coña, y ahí me he rajado un poco las manos y los pies, pero he aguantado esa y otra ola. Le he preguntado a Villa si la marea estaba subiendo para quedarme o no en la roca. Joder qué situación. Me he armado de valor y he saltado como un pro con la tabla en el pecho avanzando 3 metros, y nada más tocar agua he remado con un miedo-adrenalina brutal hasta llegar al saliente, atravesando las olas. Colega me he agarrado con 4 dedos, dos de cada mano, y he tirado de todo mi cuerpo para arriba, si no hubiera estado en ese momento no lo hubiera conseguido pero he subido hasta con la tabla. Dios, por fin fuera del agua. Ahí me he calmado instantáneamente y han empezado los nervios en Jose, normal porque delante nuestro teníamos selva balinesa. Trepando, escalando, descalzos, bañador y tabla, magullados los pies, muslos, brazos y manos. La roca desnuda ha dejado paso a la densa vegetación, ¡selva virgen colega! Maleza hasta el pecho, iba abriendo un poco de camino con la tabla, subiendo hacia la cima… Pisando de todo; troncos, hojas, sin ver dónde poníamos los pies, escuchando el sonido sordo de la vida alrededor, sintiéndome amenazado a la par que salvado. Me daba igual que me picase o mordiese cualquier bicho balinés. El camino lo íbamos creando a nuestro paso. Espectacular. Al rato, concentrados en salir de allí, me he emocionado al ver el primer resto de civilización, !una lata de coca-cola! ¡Vamos! Hemos seguido recto, rodeados de verde y al poco hemos salido a la carretera. Dos putas horas peleando con la vida. Al final hemos triunfado y aquí te lo podemos contar.
¿El tema de remar a contracorriente no sabíais que no funciona? Colegas eso se conoce ¿no? Impresionante lo que habéis hecho locos. Si os hubierais dejado llevar por la corriente hasta el final, remando un poco hubierais salido en la playa de al lado. Vaya par de pelotas que tenéis, llega a estar más grande y el mar os hubiese aplastado contra las rocas ¿no querías adrenalina? Ni saltar en paracaídas, ni rafting ni actividades programadas. Lo de hoy es adrenalina pura, innata, existencial. Mirar a la muerte a los ojos desconociendo el final que está por venir, saliendo airoso. Me encanta. 

Después de una semana y tres visitas a inmigración, ya tenemos visa hasta el 23 de marzo. Nice porque salimos del país el 10 de ese mes. Dejé la moto, cuatro pasos y volví a recoger el pasaporte, que estaba en el cajetín, ¿te imaginas que me lo quitan? Miré la moto, bueno no creo que se lleven el casco, respetarán el tema accidentes... Flipé cuando a la hora volví y no estaba el casco. Lleno de ira observé fijamente a los obreros, que me miraban. Dibujé una cruz en el aire y me fui a escribir al Cacho´s. Volví de noche, aparqué antes del camino de piedras, como siempre, y me encontré mi casco en el muro. ¿Arrepentidos?


Lo que pasó ayer después de cenar en el Mango Tree fue totalmente inesperado...

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