domingo, 10 de febrero de 2013

LIVING BALI

SEAWS XXIV
South East Asia Wild Spirit

6.15 am. Esta vez no es Denny el que me despierta con el claxon de su Toyota para iniciar un nuevo día de farm, es Marcos, el malagueño, tocando en la ventana de la habitación 4 del Bali Rocks, hotel cabaña frente a la ola de Padang Padang: *Lucas. (Salgo de un sueño feo, tras una noche dormida a intervalos) Lucas, buenos días socio, vamos a Gunung Payung que está subiendo la marea y el baño va a ser bonito… -Buenos días nen, dame diez minutos y al lío…




Inu ready to go
Después de unos días de lujo, todo gracias al hermano J, empezó el Bali sin padrinos. Intensidad máxima esa semana larga de villas, olas y noches locas. Placer conocer tu vida balinesa y a tu gente Yey, espero poder hacerte sentir como tú a nosotros cuando necesites de mí. Una vez destruido nuestro cuerpo lo suficiente como para satisfacer todas las tentaciones carnales, nos instalamos en la península de Bukit, en Padang Padang, iniciando una etapa de doce días con los objetivos bastante definidos: comulgar con la naturaleza, limpiar cuerpo y espíritu para conectar mejor con los elementos, gastar poquito y surfear duro. Inu quiere recorrer la pared de la ola, lo cual es complicado en los inicios y yo quiero disfrutar de la maniobra madre del deporte de coger olas con tabla: Entubarme. Espero que el reef siga siendo amigo y no me lije la piel. El último día de Villa JAS lo pasamos con Juanjo, despidiéndonos de la casa, no veas como atrapaba sabiendo que tocaba a su fin, lo que me voy a acordar de esa King size bed y sus cuatro almohadas. -Oye J,  ¿cómo podemos ampliar el visado indonesio otro mes? *Fácil, me dan el pasaporte y en una semana está listo, por 60$ tengo un contacto que lo hace, sin problema. –Ok.

Sorpresa detrás del espejo
de la habita
Para inmolarnos del todo, nos quedamos un par de días en el Suka Beach Hotel, en pleno centro de la Kuta locura, menudo cambio de room y de baño. Por 5€ persona y día, desayuno incluido, es lo que hay. Haciendo el check-in conocimos a Carlos, ingeniero catalán que lleva dos años viajando Asia. Intercambiamos historias y nos contó la suya de Australia: trabajó 9 meses allí, voló a Nueva Zelanda y volvió a los dos meses a Australia para trabajar de nuevo, pero no pudo ser. En el aeropuerto de Melbourne le aislaron en una habitación durante seis horas y le intervinieron el teléfono móvil, sacándole toda la info del lugar donde trabajaba como ilegal, sin visa de trabajo. Nos vemos por aquí figura. Paseamos por las Poppies (moviéndonos con moto caminamos nada) conociendo la zona y soportando las invasivas técnicas de atracción de los comerciantes. Tras cenar barato & calité en un restaurante cuyo público era mayoritariamente local, esa noche nos dejamos caer again por la Loquísima Trinidad: Alicat, Eikon y Sky Garden. Junto con Juanjo, se nos unieron Nelson y Jordi, argentino y catalán, ambos surfos. Calor mojado. Es impresionante la forma de chorrear sudor simplemente estando de pie en este clima húmedo. Buenas risas nos echamos, muy puro todo. Yendo al baño encontré a mi princesa en el jardín de las delicias, Naomi, rusita con rastas rubias, ojos azules y cuerpo de stripper, que es a lo que se dedicaba… ¡Medusa! Jijijajá, unos tequilas y un me voy al baño para nunca volver, luego en la típica vuelta de reconocimiento la vi acarameladita con otro. Patada.com. Ni rastro de Inu ni J, poca belleza había por allí, una balinesa morena, preciosa, me miraba: -¿Cómo lo llevas ojos? *Bien. -Ya veo, ¿Crees que quedaría bien una mezcla de los dos? *Depende de lo que quieras pagarme. ¿? –Anda, que eres de esas… ¿Y cuánto pides? *150$. -Jajaja, y lo peor es que habrá alguno que te los pague. Así me miraba la mujer, yo pensando que le gustaba y sólo veía billetes la monada. 

Resaca y asco personal al despertar, desayunando con Inu, Nelson y Anna, su amiga. *Ayer me dieron la ampliación de otro mes del visado indoneso. Hablaba Anna con Nelson. – ¡Qué bueno!, intervine, ¿te puedo preguntar cuanto te ha costado? * Claro, 25$. – ¿Y cómo lo has hecho? *El trámite es fácil pero pesado. Tienes que ir a la oficina de inmigración, que está de camino al aeropuerto, rellenas un formulario, a los dos días vas a pagar la tasa y a la semana recoges el pasaporte con un mes más de visa. –Olé, gracias, nos acabas de ahorrar 35$ a cada uno, ¿Dónde está inmigración exactamente?

Monkey Forest
Antes del retiro en Bukit, ya que después nos iremos directos a las Gili, en Lombok, quería que Inu conociese Ubud y su artesanía, localidad interior famosa por sus trabajos en madera, piedra y pintura, por albergar el bosque de los monos y por sus impactantes terrazas de arroz, ahora convertidas en atracción turística. 45 km de curvas y tensión en carretera, un despiste te puede amargar el viaje o incluso eliminarte del juego de la vida. Nasi ayam (arroz, fideos, pollo y vegetales) por 1€ en un warung de camino. 

Cualquier momento es bueno para hablar contigo, piensan los balineses. Aquellos que han tenido trato con turistas hablan inglés, callejero y escuchado, perfecto para entendernos entre dos culturas tan diferentes. Es cierto que no tienen dinero para viajar, pero en contrapartida su calidad de vida es aceptable, además de que en realidad viajan y conocen nuevas culturas sin moverse de su país, por el elevado y diversificado nivel de turismo en esta Isla. Para ellos, el alquiler mensual de una habitación oscila entre 50-80$ y el salario de las profesiones sin necesidad de cualificación universitaria suele ser de entre 400-600$. Cuentan con un clima caluroso todo el año que determina su carácter, afable y naturalmente optimista. Sonrisa Balinesa. No tienen filtro y por ello tienden a ser pesados, sin reconocer cuando están invadiendo la libertad del otro. Buena gente en general. Me molesta, aunque lo entiendo porque viven de eso, llegar a cualquier lugar y que haya un pibe que te quiere cobrar por aparcar en la calle, otro que te vende postales, otros que te agarran el brazo y tratan de dar pena. Se ha masificado el “atraco” al turista y eso difumina parte de la magia inherente a esta Isla.

Rice Terrace, Ubud

Vamos Kadek!
Y con lo bonita que estaba siendo la conducción de vuelta, nuevo capítulo con la corrupta policía. Semáforo en verde para girar a la derecha y, al lado, señal de prohibido girar a la derecha. Giramos y de frente un polisi nos da el alto. Inu dudando de parar, al verme detenido bajó también de la moto. El policía que se encargó de la “negociación” era un duro. –El semáforo estaba en verde, y aunque hay una señal, por jerarquía prevalece la señal luminosa, empecé… *Aquí la ley soy yo, habéis hecho un giro prohibido y os voy a retener la licencia y la moto, pagáis la multa (125$) y volvéis a buscar vuestras pertenencias. -¿Y no hay otra opción? Dije sacando 50.000 rupias (5$) del bolsillo. *100.000 (10$) cada uno y podéis iros. Tira y afloja en el que la retirada de carnet estuvo demasiado cerca para finalmente acabar pagando 10$ entre los dos, merecido óscar para Inu por la interpretación de su papel “no tengo dinero”.

Exhaustos tras el día de resaca, no salimos esa noche por Kuta, sino que cenamos al lado del Hotel, en un restaurante cuya música era demasiado comercial, aunque la conexión wi-fi funcionaba rápido. Creí pedir una ensalada y me trajeron un chupito verde que sabía a geranio, equivalente a las vitaminas y demás propiedades de un kilo de vegetales. Inu se reía de mí. *¿Me dejas probar? Decía con gracia –Jaja, cabrón es un chupito enano mira tu cacho ensalada griega… Me quedé allí hasta que cerraron, escribiendo ideas.

¡Buenos días nen! La esencia del mochilero. Empaquetar, despedirte de una habitación a la que todavía no le has cogido cariño y partir a un nuevo destino. Allá vamos. A las 10 am estábamos en la oficina de inmigración. *Necesitamos una fotocopia del pasaporte y otra del billete de salida de Indonesia. –Ok, tenéis fotocopiadora ¿no? *Si, pero está estropeada, dijo la mujer señalándome una máquina demasiado castigada como para funcionar correctamente. –Cojonudo, ¿y la imprenta más cercana? *Airport. Venga coño. Inu, dame tu pasaporte y quédate aquí con las mochilas, voy a fotocopiar. Saqué el Pc y pasé el billete de Surabaya a Bangkok (10 de marzo) a mi USB. A ver, aquí tiene que haber alguna fotocopiadora más cerca… Iba en la moto, fijándome en todos los puestos… Di la vuelta, dirección aeropuerto. Justo enfrente de inmigración, al otro lado de la autopista, había una tienda de diseño gráfico. Paré allí. *Hola amigo, necesito fotocopiar esto. –Lo siento no hacemos fotocopias. *Seguro que puedes imprimir, por qué no me escaneas estos dos pasaportes y me los imprimes. Y también tengo que imprimir un documento de este USB… Me miraba dubitativo.  Vamos hombre, sé que puedes ayudarme, esto es una imprenta ¿no? –Ok, ok. Por cierto, deberías poner un cartel de que dais este servicio porque con la oficina de inmigración enfrente ganarías más dinero… -Ok, ok. No sé qué es lo que le llevó tanto tiempo pero tardó 45 minutos en volver con los papeles. Ese tiempo conversé con Giselle, brasileña de Sao Paulo, afincada en Bali hace quince años, tienda de artesanías en Seminyak. *Bali sigue siendo un paraíso pero no es lo que era tiempo atrás. Esa pureza se está perdiendo por culpa del “one world”, Facebook está haciendo mucho daño aquí, ahora ellos conocen y ven todo lo que pasa en el mundo. La gente se está volviendo más materialista y la envidia al turista va en aumento, lo que implica un incremento de la violencia, robos y hurtos. Ayer robaron a una amiga mía de camino a casa, eso antes aquí era impensable que pasase, los balineses piensan que una mala acción repercute negativamente en las siete generaciones posteriores, por la ley del Karma. Aunque los entiendo, ven como se están construyendo hoteles, villas y tiendas de lujo a las que ellos nunca tendrán acceso y eso genera envidia.

Un rato esperando en la sala de inmigración con otros cuarenta turistas hasta que nos llamaron por nuestro nombre. *Volved el día 12 para pagar la tasa. Ok. Gracias.

Atardecer desde
Bali Rocks
Padang Padang
Llegamos a Uluwatu. Preguntamos en varios hoteles, resorts, villas y cabañas para finalmente quedarnos en el mismo acantilado en el que se sitúa Villa Permutih, frente a Padang Padang. 10$ la habitación doble y un buen rollo que no se compra con dinero. Nos hicimos con la habita número 4, que nos enseñó Guede, majísimo encargado del Bali Rocks. Pasta con pollo en Cacho´s, el mexicano en el que cenamos con Steph, Ros y J, siesta en una de las hamacas con vistas al mar y sesión de tarde en SS, echaba de menos esa ola. Bañador, 10.000 rupias para un pocari sweat post surfing, moto y casco. Más que suficiente. Son muy expresivos los balineses, las señoras del warung se alegraron de volver a verme. Bajé a buen ritmo los 565 escalones hasta alcanzar la pradera, a cada pisada desnuda de camino a la playa un puñado de saltamontes y otros insectos salían despedidos en todas direcciones. Las vacas me observaban con su característico masticar, ¿qué pensarán? Ahí estaba la derecha, metro y medio largo, tres japos y dos australianos en el agua. Hi. Hasta que no me hice dos rectos al fondo de coral con su correspondiente batidora no desbloqueé mi surf,  luego cogí seis buenas olas y otras dos grandes galletas. Beautiful sunset desde el agua. Lo malo de salir con el sol muy bajo es que al llegar arriba sudadísimo, billete en mano para adquirir tu bebida, las señoras ya no están. Un surfo chequeaba las olas desde allí. *¿Wow dude, where are the warung´s ladies!? –I don´t know. *Shit man, I´m thirsty. ¿Where do u come from? –Spain. Mejor hablamos nuestro idioma entonces… Así conocí a Diego, malagueño, tímpano perforado hace poco en una mala caída, por lo que no se puede meter en el agua a surfear… Se quedan él y otros cinco españoles, en una cabaña del mismo acantilado donde estamos nosotros. Nos vemos allí. 







No hay comentarios:

Publicar un comentario