domingo, 10 de febrero de 2013

A PROPÓSITO DE LAS SEMIFINALES DE CHAMPIONS LEAGUE


QUE GANE EL MEJOR
De nuevo Alemania VS España. Duelo recurrente por el cetro futbolístico mundial en la historia reciente, mientras combinados nacionales y equipos ganadores (Brasil, Italia, Argentina, Francia // AC Milán, Manchester United, Juventus de Turín, entre otros) se reconstruyen desde sus cimientos. En esta ocasión el envite se produce a nivel de clubes.

A ver si se invierte la dinámica, pensarán los germanos, ya que a nivel de selecciones nacionales España ha pasado por encima de ellos durante los últimos cinco años (Final de la Euro 2008, semifinales del Mundial 2010. En la reciente Euro 2012 Italia nos hizo el trabajo en semis).

Se trata de las semifinales de Champions más igualadas de las últimas ediciones por entidad y momento de forma de los cuatro aspirantes, aunque con matices.

BORUSSIA DORTMUND – REAL MADRID CF

El Dortmund es un equipo en el amplio sentido de la palabra. Solidario, agresivo, efervescente y directo, la colectividad por encima del talento individual de sus jugadores, que también lo tienen y lo ponen al servicio de la causa común. No contar en su elenco con ninguna estrella mediática consagrada al máximo nivel parece restar posibilidades a este equipo en su enfrentamiento contra el conjunto de Mourinho, sin embargo posee indiscutibles talentos emergentes con hambre de títulos; puede vencer a cualquier rival, como ya demostró esta misma temporada derrotando al propio Real Madrid en la fase de grupos.

Me recuerda al Ajax de mediados de los 90, aquel equipo que sin el cartel de favorito (AC Milán y Bayer de Munich lo eran) se alzó con el triunfo final gracias al fútbol académico de sus jóvenes valores (los Blind, Frank de Boer, Seedorf, Davids, Finidi, Kluivert serían los Hummels, Subotic, Gundogan, Reus, Goze y Lewandoski).

Jurgen Klopp, su excéntrico entrenador, ha dotado al equipo del carácter ganador de antaño y de un sistema táctico disciplinado, ecosistema perfecto para que la imaginación de sus pequeños magos del balón (Reus, Gotze) sea eficiente cara al resultado final. Ser alemán lleva intrínseco en el ADN orgullo, respeto y lucha hasta el final, quizá más allá. Se vio en la eliminatoria contra el Málaga en la que dieron la vuelta al marcador en los dos minutos finales del segundo partido, consiguiendo la clasificación. Ese hecho ha descargado de presión al conjunto renano que, teniendo la Champions como objetivo, sabe que ya ha cumplido con su cometido en la presente edición. Conociendo la ambición de sus jóvenes figuras, la locura desatada en Dortmund de cara al duelo y el carácter irreducible de su técnico, es evidente que más que vender cara su piel, tendrán que arrebatársela.

El Real Madrid está donde quería a principio de temporada. Saciado su hambre de liga con la conquista de la última, su objetivo central y único de este año pasa por levantar al cielo de Wembley la ansiada décima Copa de Europa. Se apreció en la falta de tensión con la que disputaron sus primeros partidos de liga (la plantilla se relajó al vencer de nuevo al FCB en la Supercopa de España) y se percibe en la agitación de la plantilla ahora que la meta está cercana. Junto con el Bayern de Munich, el conjunto blanco es el que llega en mejor forma física a la recta final de la temporada, en la se deciden los títulos.
En su tercer año en la casa blanca, Mourinho ha creado una maquinaria futbolística sólida y confiable que no precisa controlar la posesión del balón para destrozar la portería del rival. Domina los tiempos y conoce el camino al gol. Imprimiendo calidad a todas sus acciones, combina con rapidez y precisión en ataque, defiende con intensidad y agresividad. Complicado encontrar puntos débiles en este Real Madrid.

La portería no ha visto resentida su calidad pese al cambio de cromos entre Iker Casillas y Diego López. La fiabilidad y clase del imberbe Varane ha mantenido en la defensa capitalina la consistencia que daba Pepe, añadiendo tranquilidad y salida limpia del balón, algo de lo que adolece el portugués. Sin lesionados importantes para este duelo, con Xabi Alonso a nivel diferenciador, la imprevisibilidad de Marcelo, Di María y Ozil, la raza de Sergio Ramos, el pletórico estado de forma de Cristiano Ronaldo, que está firmando una temporada estelar y jugando el partido de vuelta, el definitivo, en el Santiago Bernabéu, sobre el papel (así lo dicen las casas de apuestas y la casa siempre gana) parece que el Real Madrid lo tiene todo para ser uno de los finalistas en el partido que se disputará en Londres el próximo 25 de mayo.

La eliminatoria se adivina apasionante y el choque de declaraciones entre Mou y Kloppo, también.

BAYERN DE MUNICH – FC BARCELONA

La eliminación/humillación sufrida por el Bayern de Munich frente al propio FCB en los cuartos de final de la Champions 2009 supuso un punto de inflexión en el conjunto bávaro. Hicieron autocrítica y se reconvirtieron a base de inteligentes fichajes (de aquel partido sólo quedan Lahm, Sweni, Ribery y Gómez en el equipo titular). Ahora, tras tres temporadas de fundición germana ha resultado el producto final: una apisonadora de rivales tanto en Alemania como en Europa que domina todas las suertes del juego. La contratación del vasco Javi Martínez ha significado el nexo que les faltaba entre defensa, medio campo y delantera, al liberar al segundo capitán Bastian Swensteiger de la responsabilidad de crear y destruir, ahora compartida. Campeones de la bundesliga con gran antelación y presente en dos de las tres últimas finales de Champions, se trata del primer rival que se cuelga el cartel de favorito al enfrentarse al FCB en los últimos cinco años. Orgullo alemán, mimbres tienen para creérselo. Portero de clase mundial (Neuer), digno heredero del mito Oliver Kahn. Defensa contundente, quizá algo inexperta en su eje central, fabricada en Munich (Lahm, Dante, Boateng, Alaba). Medio campo todoterreno, que tiene en Javi Martínez a su ancla con Swensteiger y Muller (Kroos) pisando ambas áreas y, arriba, magia en los pies de Robben y Ribery, totalmente desequilibrantes en el uno contra uno, a los que se añade la dinamita finalizadora del tanque Mario Gómez o de Mandzukic, que aporta mayor movilidad en punta. 

Su fuerza radica en la unión de sus hombres, la potencia física del conjunto y el convencimiento de que el fútbol les debe una Copa de Europa tras perder las dos últimas finales disputadas ante rivales teóricamente inferiores a ellos: Inter de Milán y Chelsea, ambos ganaron la Champions al conjunto teutón tras vencer al FCB en semifinales.

Por su parte, el Barça llega al tramo final de temporada fatigado por el esfuerzo y diezmado por las lesiones en demarcaciones clave, incidencia ampliada por la nefasta planificación deportiva llevada a cabo desde las altas esferas del club. Sin embargo, tras cinco temporadas de dominación futbolística absoluta (refrendada por títulos colectivos e individuales), el conjunto azulgrana vive para situaciones como ésta.

Con la liga prácticamente en la vitrina tras un desempeño inmaculado en el campeonato doméstico, la eliminatoria ante el Bayern se presenta como el último reto para una plantilla que lo ha ganado todo. Despojado de la vitola de favorito y mermado por las bajas en defensa, conviene recordar que los culés cuentan en sus filas con los tres mejores peloteros del planeta en su posición: Messi, Xavi e Iniesta. La trinidad sigue sedienta de gloria y les secunda un conjunto estable que cuando concentra toda su atención sobre un objetivo tiende a conseguirlo, como se demostró en la remontada frente a un disminuido AC Milán en cuartos de final de la presente edición del campeonato.

Por características y similitudes, el estilo del Bayern de Munich favorece la puesta en escena del FCB, ya que juegan a lo mismo. Lanzar ataques desde la posesión de la pelota. Las dudas vertidas sobre los azulgranas traen causa en los enfrentamientos contra el PSG, que estuvo cerca de conseguir la clasificación a costa de los catalanes. Sin embargo, en este caso el  escenario es diferente. El francés es un equipo anárquico, desconocido para el gran público y sólido en defensa. La presión era toda para el Barça, al que se le daba como vencedor nada más conocer el emparejamiento entre ambos.

Gracias a la distancia obtenida en liga respecto del segundo clasificado, los de Tito pueden concentrarse exclusivamente en el doble partido ante los bávaros. Valdés está al nivel de ser decisivo, Alves y Alba se han adueñado de su carril tanto en fase ofensiva como defensiva, Piqué necesita exigencia para rendir. Busquets marcará la altura de la presión, Xavi siempre responde e Iniesta está inmerso en la temporada más elevada de su carrera, con todo lo que ello implica. Pedro el invisible tiene peligro cuando no toca el balón y al discutido Cesc nunca le pudo la presión. El canto del cisne (última obra maestra)  de Puyol o Villa bien podría ser en esta ronda. Si Messi alcanza su plenitud física para la eliminatoria, el Barça multiplicará sus opciones de ser uno de los que luche en Wembley por alzar la orejona al cielo de Londres.

Choque de trenes, duelo de colosos, pelea de titanes, de cada dos sólo puede quedar uno. Ojalá el destino sea caprichoso y permita a los dos equipos españoles librar la batalla por la hegemonía futbolística mundial en el ámbito del más prestigioso torneo a nivel de clubes. La cita, el 25 de mayo de 2013 en el estadio de Wembley, Londres.

Antes de eso, las semifinales. 

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