lunes, 15 de abril de 2013

KOH PHANGAN STYLE

SEAWS XXXVI
Soth East Asia Wild Spirit

SI ERES CAPAZ DE IMAGINARLO, TEN POR SEGURO QUE PUEDE HACERSE
Dicen que todo se inició en una fiesta de cumpleaños en 1989, que la reunión en la playa de Haad Rin bajo la luna llena fue tan especial que en la siguiente luna llena se volvieron a reunir allí. Y así sucesivamente, la tradición mensual fue creciendo y creciendo, traspasando fronteras, hasta convertirse en el masificado fenómeno que es hoy día. Por el camino se ha perdido pureza y esencia, quedando tan sólo el escenario, el ruido y el recuerdo de un pasado quemado a base de exprimir el negocio. Algo así como la transformación que ha sufrido Ibiza a través de sus diferentes etapas: descubrimiento, apogeo y decadencia en calidad y exclusividad.  

Haad Rin Sunrise desde el agua
Me lo esperaba diferente. Imaginaba gente interesante, cultivada, vivida, relajada por fuera y con fuego vital por dentro. Pero salvando raras excepciones en peligro de extinción llegadas al presente esperando el pasado, lo que allí se congrega es una manada de pseudoadolescentes descontrolados a los que les venden el paquete vacacional en su país de origen. Es el Punta Cana de los países nórdicos, el Mallorca de los alemanes. Apuesto a que las universidades de Suecia, Finlandia, Noruega, Dinamarca e Inglaterra cuentan con una amplia oferta turística de esta isla otrora selecta. Como no sabemos si este blog lo leen niños, el contenido para adultos lo suprimiré del texto.

Primera y única noche que
dormí en la cama. Mi sitio estuvo
en la hamaca de la terraza.

Fue poner un pie en el muelle de Thongsala y el siguiente en la camioneta que nos llevó botando junto a nueve ingleses por el abrupto terreno hasta la Haad Rin, el punto más sureste de la isla. Nuestro apretado presupuesto nos había concienciado de que iba a ser una mañana dura buscando alojamiento. La recomendación de reservar hotel por internet pasó al olvido al ver el precio que allí se ofertaba. ¿Cama en habitación de diez personas por 12€ cada uno? Estamos buscando una habitación para los tres y como mucho pagamos 8€/persona. Buscaríamos in situ. Así, tras un escénico camino con bonitas vistas de mar y selva, desembocamos en una calle “comercial” recomendada por el conductor. Gracias man. Entramos en el hotel más cercano, el Neptune Villa. 3.000THB (78€) la habitación para tres. Sin piscina y con internet. Jajaja. A ver sapete quítale un cero a tu precio, eso es lo que buscamos. *Imposible en este periodo, es la fullmoon.  Contra pronóstico, el siguiente “resort” en el que preguntamos vio nuestro despertar los siguientes ocho días. ¿La razón? Bungalow de madera con terraza, vistas al mar (lejano, pero allí estaba) baño y King size bed por 500 THB. Además captábamos el internet del Neptune, por lo que con un batido de soja allí comprado nos hicimos con la clave para toda la semana. *Es para dos personas, no podéis quedaros tres. -Venga hombre, en vez de 500 te damos 600, qué más te da. No necesitamos cama extra, nos duchamos rápido y nos quedamos más de una semana. Bueno para ti, bueno para nosotros. Y por si el precio no era el adecuado, el buen hombre nos hizo saber que tras la fiesta se rebajaba a la mitad. Vamos, que dormimos por menos de 4€ la noche y eso nos dejó un margen inesperado para invertir en ocio.

Ni una mueca de dolor el animal. Y eso que no le gustó el 
aro que le pusieron y se lo cambió sobre la marcha. Dolor.
Koh Phangan ocupa más del doble de la extensión de Koh Tao, aunque para nosotros se redujo a dos playas opuestas separadas entre sí por el acogedor núcleo urbano: la Sunrise Haad Rin (donde se celebra la luna llena) y la Sunset Haad Rin (donde nos alojamos). Todo quedaba a menos de quince minutos a pie. El seven eleven donde desayunamos cada día con cara de mañana y recenábamos con la cara desencajada, el mercado que descubrimos por suerte el tercer día después de que nuestro pequeño restaurante local estuviese cerrado. El tatuador donde Villa se calentó y salió con un aro en la nariz mientras nos pintábamos el brazo para la fiesta, la tienda de ropa fluorescente regentada por la amable tai que rebajaba los precios más bien poco y la playa testigo de nuestra semana fantástica. No hicimos excursiones. Ni cascadas, ni barcos ni otras playas.

HAAD RIN SUNRISE 

Dos ingleses, un francés y un español. ´
72 toques con la cabeza entre los 4.
DE DÍA: La gente relaja, entorno tranquilo, peña leyendo, jugando al freesbee, a las palas, partidillos de fútbol y baños en una playa de finísima arena blanca, agua cristalina a temperatura perfecta. El sol irradia fuego y las posibilidades de sombra empiezan hacia las cuatro de la tarde. Zumos y batidos de frutas tropicales. Es el escaparate para lucirse de cara a la noche y ver a una familia con niños es tan posible como encontrarte a un cerdo vietnamita paseando por el parque del retiro de Madrid. Los hay, pero no es muy común. Barcos de popa larga salen y entran continuamente a la bahía llevando y trayendo turisteo. Seis son las calles que desembocan en la playa. Es el punto de alquiler de motos de agua más barato que he encontrado en el mundo, de momento. En Colombia salía a 25€ los quince minutos, igual que en Indonesia. En España el precio es de 50€/15 minutos. En la Haad Rin son 12€/15 minutos. Y tu límite es el mar, no se trata de un circuito cerrado con boyas.  Todo ello con música house de fondo.

Dominio absoluto de cariocas y palos
de fuego. Bidones de gasolina ahí mismo.
Más de uno se chamuscaba pecho
y pelo... Caí en la antepenúltima ronda.
DE NOCHE: Cuando el sol cede su puesto a la luna, el recato hace lo propio con el desenfreno, la tranquilidad con el exceso y los batidos de plátano y sandía se diluyen entre buckets de vodka con red bull. Ya no calienta el sol, calienta el fuego del espectáculo diario que tiene lugar en el Cactus. Juegos de niño tales como saltar a la comba y pasar por debajo del limbo son adulterados por la incandescencia del elemento, envuelto en llamas. Botella para el campeón. La playa se convierte en un parque de atracciones a 40°. Mirando al mar, en el córner izquierdo de la bahía se concentran bares psicodélicos elevados sobre el acantilado, figuras mitológicas graffiteadas en sus paredes, iluminación extravagante y alternativa. Esa esquina es famosa por sus hilarantes zumos de setas alucinógenas que te transportan a una vertiente más cómica de la misma realidad.

El derroche de luz en la zona de garitos es llamativo y lo es más su tendencia a la máxima intensidad sin calentamiento previo. Música comercial demasiado cañera desde primera hora, no se aprecia una evolución ascendente que te lleve a volar. Cuesta adecuarse al ritmo de la noche, aunque una vez conseguido la cosa cambia y es placentero flotar entre las notas.

Impresionante observar y formar parte de la fermentación de la fiesta, creciendo cada día y noche, nuevas caras que se sumaban minuto a minuto hasta alcanzar el cénit con la luna redonda iluminada sobre el cielo tailandés el pasado 25 de marzo. Más de 13.000 personas hicimos vibrar a la Haad Rin. Pinturas fluorescentes, chavales que pasaron la noche entre rejas por poseer sustancias que no debían, toboganes de agua, caídos en combate y ganas de ver amanecer… FMP.

Panorama a las 7.30 am en la FMP 

Villa con su burra

Inu en pleno goce

Ni Inu ni Villa habían cogido nunca una moto de agua y la sensación que tuve tras ver sus caras de felicidad después de veinte minutos de velocidad, giros y caídas no entra en la esfera del dinero. Inu le dio duro y a Villa le recogí en la orilla para darle juntos los últimos cinco minutos… Tardó bien poco en coger el feeling aunque al principio giraba con reservas. Va Villano, dale gas a fondo, más, más, cuando te diga gira todo a la derecha bruscamente sin soltar gas… ¡Ahora! Salimos ambos despedidos de espaldas acabando a más de doce metros de la moto. Jajaja fue espectacular. Inu recortando como si no fueran sus primeros minutos. Muy guapo.

Atardecer en Sunset Beach. Villa tras la cámara.
Supongo que a Inu le empezaba a afectar su cercano fin de viaje, el esguince de tobillo y la incertidumbre de lo que vendría después y a Villa el ajustado presupuesto del que no se desvió haciendo gala de una gran disciplina mental. Por ello disculpaba su falta de ánimo en el día a día, no sin hacer comentarios sarcásticos de la situación. Preferían estar en la cabaña en vez de en la playa durante el día, *mucho calor macho. Cuando daban las 12 de la noche Villa volvía para el bungalow y en la full moon tuve que ver el amanecer rodeado de otros españoles ya que los compañeros no llegaron, así que algunas cosas las hice por mi cuenta para no quedarme con las ganas.

¿Dónde está Inu? *Ha ido al baño.
Le vi aparecer con esta tartita.
Gracias equipo!
Degustamos a diario excelente comida tailandesa en un clima sin prisas con el ventilador enchufado en la espalda, nos encontramos con vari@s que conocimos en Bangkok, Koh Tao y Angkor Wat. Flipé al entender que los ladyboys en Tailandia son un amplio grupo social e incluso cuentan con subvenciones del estado para sufragar sus operaciones de cambio de sexo. Pensaba que se travestían por la noche pero que va, atienden en restaurantes, comercios, hospitales y abundan por todos lados… Me quedé loco. Playa de día, fiesta con los pies en la arena de noche. 3 días alquilé moto de agua, uno de ellos el 30 de marzo, que cumplí 28 años.

Y así, entre pad thais, vegetales cocidos con anacardos, batidos de coco y fruta del dragón, partidillos de fútbol en la playa y celebraciones nocturnas sin fin transcurrió la semana en Koh Phangan.

Así empezamos la FMP a las 9 pm...
Y así la acabé a las 10.15 am...
Próximo destino, Koh Phi Phi y Maya Beach, en la costa de Adaman, al oeste de la Tailandia continental. Allí se rodó la película de “La Playa” protagonizada por Leo Di Caprio, si no la has visto, ya tienes dos horas ocupadas…

Muy tranquilos en la HR


¿Quieres tarta? Felices 28!



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