SEAWS XXVII
South East Asia Wild Spirit
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Fast Boat, rumbo Gili |

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Sí, perdí. |
Las Gili son tres días y dos de ellos llueve. Más
bien diluvia. Inu encantado e impactado con la pureza de la isla. No hay motos
ni coches, la gente se mueve en bici, andando o en carruaje de caballos. En los
lugareños se nota menos influencia “primermundista” que en Bali. Música en cada
esquina. Caminando, dar la vuelta completa a la isla demora hora y media, veinticinco
minutos si lo haces en bici. Discotecas, restaurantes, agencias de viajes y
centros de submarinismo a ambos lados del encharcado camino sin asfaltar, calle
principal de Trawangan. Una burbuja del mundo, tranquila de día, excitada de
noche, sin policía, todo derroche. Extraña mezcla entre religión y perversión. La
mezquita islamista reproduce cinco veces al día el cántico del Corán, audible
desde todos los rincones de esta isla, como si la repetición de ese mantra expiase
los pecados diarios de sus habitantes, la mayoría musulmanes practicantes de la
religión del exceso. Los nativos lanzan sus ofertas a cada paso que das. Te
miran desde que te ven, y cuando contactas visualmente con ellos, ahí murmuran:
Hotel, trip, marihuana, éxtasis. Continuamente, sin descanso. Un “yes” por
respuesta a cualquiera de sus ofrecimientos supone para ellos la diferencia
entre comer mejor o peor. Paraíso de buceadores, enamorados, mochileros,
veteranos que luchan contra el reloj biológico y grupos de amigos que buscan
experiencias nuevas. Nos alojamos en el Losmen recomendado por Frany y Pablo,
tres calles hacia el interior. María, la dueña del Twin Garden, es una
facilitadora; lo que quieras, ella lo tiene o lo consigue. Laundry, bicis,
equipo de snorkel, comida, direcciones, siempre con su amplia sonrisa. Relax de
día y desmadre de noche. Cenamos en el mercado nocturno, desmontado durante el
día, similar al de la Plaza “Djemaa el Fna” en Marrakech, pero a pequeña escala
y sin encantadores de serpientes ni tatuajes de henna. A partir de las once de
la luna, no hay duda del garito que mejor se pone, ya que acordaron que cada
día la fiesta grande es en uno de ellos, sin competencia. Viajer@s en su
mayoría nórdicos con ganas de ver amanecer, más difícil dormir sólo que
acompañado. Música en vivo, reggae lifestyle en todos los rincones. Gente
musical, feliz en su tradición. Aparte de conocer los fondos de coral, poco que
hacer por aquí cuando brilla el sol, menos cuando diluvia, como los dos
primeros días, hoy aquel sí se dejó ver. Diecisiete centros de buceo en una
isla con 3.000 habitantes. Relax, tranquilidad y ausencia de prisa. Cambio de
marcha sin embragar, me chirría cuerpo y mente pidiendo estímulos nuevos, ganas
de responder a lo desconocido. Mañana a las 8 am empezamos una travesía de tres
autobuses, dos barcos y un ferry para llegar a Labuan Bajo, en la Isla de
Flores, veintiocho horas después del inicio. El vuelo entre Lombok y Flores, de
una hora de duración, sale por 120€/persona mientras que la opción lenta y
pesada por 29€ cada uno, y como tenemos más tiempo que dinero vamos a atravesar
un par de islas (Lombok y Sumbawa) de oeste a este en un cómodo autobús del 75.
El objetivo es ver a los dragones de Komodo en su hábitat natural y contribuir
a la expansión de Labuan Bajo, próximo pelotazo turístico por lo que se respira
en Indo.
Dame algo de riesgo que la tranquilidad me
mata.
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Mie Goreng en Nusa, Uluwatu |
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Amor de hermanos |

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Kuta, Bali |
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Snorkeling, Inu ha visto una tortuga marina |
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Calle principal, Gili Trawangan |
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Inu´s shot |
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Serán amigos para siempre |
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